Alcalá de Henares está muy bien comunicada con el resto de España y puedes venir a visitarla por carretera, en autobús o utilizando la red de cercanías de la Comunidad de Madrid. Visita a Alcalá en tren y a tu llegada estarás a tan solo unos minutos caminando del centro de la ciudad, donde encontrarás la mayoría de los lugares visitables.
Si eliges el tren de Cercanías, tu primera impresión de Alcalá de Henares será muy distinta. Desde el primer momento saborearás su ambiente con la calma del paseo a pie, a la vez que verás otros monumentos y rincones encantadores que tampoco debes perderte.
La estación de tren de Alcalá de Henares une la ciudad con Madrid con trenes cada diez minutos y con Guadalajara cada media hora, y para llegar debes usar los trenes de Cercanías, cuyo logotipo en forma de C con una punta alargada en rojo es obra del conocido pintor y diseñador Alberto Corazón.
Visita a Alcalá en tren con Cervantes
Durante los fines de semana de otoño y primavera, la mejor opción es el Tren turístico de Cervantes, que sale los sábados desde la estación madrileña de Atocha. Nada más subir te sumergirás en la época de Cervantes, y podrás “saludar” personalmente a Don Quijote.
Para saber más sobre el Tren turístico de Cervantes, haz clic aquí.
Recorrido desde la estación de tren
Una vez llegues a la estación de Alcalá de Henares serás recibido con unas grandes fotografías que muestran los lugares más representativos de la ciudad. Al salir a la calle verás un quiosco de información turística del Ayuntamiento y la parada de taxis. A la izquierda verás elevarse la escalera de acceso a la pasarela que cruza por encima de las vías de tren, y a su derecha te llamará la atención una escultura que representa a unos hombres, mujeres y niños en pie. Es el monumento a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 (11-M) y que afectaron a muchas familias de Alcalá.
Desde este monumento sale el Paseo de la Estación, una avenida recta que te llevará directamente al centro histórico. Antes, pasarás el cruce con la calle Ferraz (a la izquierda), donde hace décadas había un cine de verano, y con la calle Cánovas del Castillo (a la derecha), por la que puedes llegar a uno de los parques clásicos complutenses, el parque O’Donnell, y a las murallas de Alcalá.
El Palacio de Laredo
Tras pasar el cruce, a la izquierda podrás contemplar el magnífico palacete Laredo, de estilo neomudéjar construido a finales del siglo XIX. El edificio ahora alberga el Museo Cisneriano, dedicado al cardenal Cisneros, fundador de la Universidad de Alcalá.
Es un edificio bello en todos sus detalles exteriores, pero todavía es más sorprendente la riqueza que esconde en sus salones interiores, llenos de ricos detalles y de una decoración en la que se pueden encontrar restos de palacios y castillos perdidos hace siglos.
Para saber más sobre el Palacio Laredo, haz clic aquí.
Siguiendo con tu paseo, llegarás a la Vía Complutense, la antigua carretera nacional que atravesaba Alcalá en el pasado y unía Madrid con Barcelona. Esta carretera hoy en días transcurre por una circunvalación exterior al núcleo urbano.
Vía Complutense
Al finalizar el Paseo de la Estación encontrarás una rotonda, en cuyo centro hay una gran escultura de Don Quijote, de quince metros de altura, justo delante de una gasolinera que tiene una curiosidad. La gran cubierta que la remata tiene forma de castoreño, el sombrero de un picador de lidia taurina. Y es que quien abrió la estación de servicio era un conocido torero que quiso así darle un toque inequívocamente taurino.
En el bulevar que divide la Vía Complutense, a tu izquierda podrás ver varias esculturas que lo decoran sobre peanas, realizadas en metal, que reproducen diversas obras de otros tantos escultores. Son parte del Museo de Esculturas al Aire Libre que recorre gran parte de la mencionada Vía Complutense, museo que organizó para el Ayuntamiento alcalaíno el también artista José Noja en los pasados años noventa.
Sigue tu paseo recto, y al cruzar la via Complutense verás el muro de ladrillo rojo de la actual facultad de Derecho, antiguo Colegio Máximo de los jesuitas, una pared que te sorprenderá porque cada pocos metros, y formando un vago dibujo ajedrezado, están incrustadas pequeñas placas blancas con el nombre de ilustres juristas de la historia de España, y en particular de la de Alcalá y su universidad.
La Puerta de Mártires
Enseguida la acera se abrirá al gran chaflán del edificio, donde se encuentra la entrada de la facultad. Estás en la plaza de los Cuatro Caños, nombre popular desde hace unos sesenta años por la fuente de los Cuatro Caños que sirve de rotonda y organiza el tráfico. Su nombre viene de que es una fuente con cuatro grifos. En tiempos medievales este lugar estaba ocupado por la puerta de Guadalajara, pues desde allí el viajero se dirigía hacia el Este, hacia la ciudad de Guadalajara. Tradicionalmente, la primera vez que los arzobispos de Toledo y los señores de Alcalá llegaban a la ciudad, debían entrar por esta puerta, la cual, a partir del siglo XVI, se denominó puerta de los Mártires, su actual nombre, porque por ella entraron los restos de las reliquias de los patrones de Alcalá, los santos Niños, Justo y Pastor.
Para saber más sobre los santos Niños, Justo y Pastor, haz clic aquí.
Enfrente de la facultad de Derecho -en el colegio Máximo- al lado de una farmacia en la esquina, en el portal inmediato verás una placa que explica que allí estaba el colegio de los Verdes o de Santa Catalina Mártir (el sobrenombre de los Verdes es por el color de la beca o banda que llevaban puesta los estudiantes).
Gira a la derecha y entrarás en la calle Libreros. Su nombre proviene de que en ella y sus alrededores se instalaron gran cantidad de talleres de imprenta a partir del siglo XVI. En uno de ellos se imprimió la primera edición de “La Galatea”, de Cervantes, en 1585. Y otras importantes obras, como la Biblia Políglota Complutense, uno de los mayores esfuerzos editoriales de la época, por el impresor Brócar, al igual que el gramático Nebrija, que fue profesor de la Universidad de Alcalá llamado por el cardenal Cisneros, imprimió sus textos en talleres de esta calle y aledañas. Por eso, cuando la calle Libreros va llegando a la plaza de Cervantes, a su derecha surge una calle llena de encanto, en forma de L, que lleva su nombre.
Para saber más sobre la Biblia Políglota Complutense, haz clic aquí.
La calle Libreros
La calle Libreros también podría llamarse “la segunda calle de los colegios universitarios”. Realmente ya existe una calle Colegios (que sale de la plaza de Cervantes y conduce directamente al Parador de turismo de Alcalá). Pero es que en la calle Libreros también hubo un gran número de colegios universitarios.
Sigue andando. El primer gran edificio monumental que verás a la derecha es la Iglesia de Santa María la Mayor, que merece una visita por sí misma. La actual de Santa María (inspirada en la del Gesú, de Roma) incluye la capilla de las Sagradas Formas, restaurada hace pocos años.
Para saber más sobre la Iglesia de Santa María la Mayor, haz clic aquí, y para conocer la capilla de las Sagradas Formas, aquí.
Justo a continuación de la iglesia se encuentran el Colegio de León y el Colegio del Rey, que ha sido la sede del Instituto Cervantes desde 1991 hasta su asentamiento actual en Madrid, en el llamado Edificio de las Cariátides de la calle Alcalá de Madrid. Ahora es co-sede oficial y un importante centro de exposiciones y actividades culturales del Instituto en Alcalá. En estos momentos la exposición que puedes apreciar es la de Lugares de Inspiración.
Para saber más sobre el Colegio el Rey, haz clic aquí.
Para saber más sobre la exposición Lugares de Inspiración, haz clic aquí.
El callejón del Horno Quemado
Avanza por la calle Libreros. Verás que está llena de tiendas y bares, además de magníficos monumentos arquitectónicos. Al dejar atrás la fachada de la Iglesia de Santa María la Mayor verás que a tu derecha se abren dos callejones, reabiertos no hace demasiado tiempo, estrechos y llenos de sabor medieval. Por ellos entrarás y saldrás de la plaza de San Lucas o del Patrimonio, que alberga un aparcamiento subterráneo y en su extremo oeste un pequeño jardín con algunos restos arquitectónicos. Se trata de los callejones de las Santas Formas y del Horno Quemado, todo un rincón con encanto.
De vuelta a la calle Libreros, cruza de acera y llegarás a la calle Beatas, donde enseguida encontrarás el convento de las Clarisas de San Diego. Este convento es muy famoso dentro y fuera de Alcalá porque allí puedes comprar sus famosas almendras de Alcalá o almendras garrapiñadas, que te entregarán sin que veas la cara de la monja que te las da, pues usan un torno dado que son de clausura.
Para saber más sobre el convento de las Clarisas de San Diego, haz clic aquí.
Al salir del convento habrás llegado a la plaza de San Diego y a la inigualable vista de la portada de la Universidad de Alcalá que fundó el Cardenal Cisneros en 1499. Pero también tienes una alternativa, que te deparará una visión distinta e igual de impactante: seguir un poco más por la calle Libreros y entrar en la calle Bedel, una calle corta y llena de mesones, desde la que verás al fondo la universidad enmarcada por la calle. Esta vista ofrece una perspectiva como de haber encontrado un tesoro escondido que de repente brilla por encima del resto de edificios que te rodean.
La almendra de oro
Por fin, estás ante la fachada de la universidad, la auténtica almendra de oro del universo histórico y artístico que alberga Alcalá, la joya que a su vez esconde otras numerosas joyas en sus patios, jardines, salas y paraninfo.
Para saber más sobre la Universidad de Alcalá, haz clic aquí.
Justo a su derecha podrás descubrir la Capilla de San Ildefonso, discreta por fuera pero muy hermosa por dentro.
Para saber más sobre la Capilla de San Ildefonso, haz clic aquí.
Y si continuas andando llegarás directamente a la famosa Plaza de Cervantes, el centro de reunión por antonomasia de Alcalá de Henares.
Nuestra visita acaba aquí, esperamos que hayas disfrutado del paseo. Si tienes ganas de seguir descubriendo Alcalá de Henares te invitamos a que continúes con la siguiente Audioguía, Alcalá en una mañana, que partiendo de la Plaza de Cervantes recorre la Calle Mayor, la Casa de Cervantes y muchos otros tesoros de nuestra ciudad. Hasta la próxima.
Para seguir vistando Alcalá, haz clic en nuestra guía Alcalá en una mañana.
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