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El Convento de las Clarisas de San Diego es conocido en Alcalá por las deliciosas almendras garrapiñadas que se confeccionan en él. Se trata de un edificio singular, situado a pocos metros de la Universidad Cisneriana.
En la fachada del Convento de las Clarisas de San Diego, cuyo principal rasgo arquitectónico es la sencillez de líneas, destaca la imagen de San Diego de Alcalá, que fue canonizado por Sixto V en 1568. Tiene una cruz y flores milagrosas en las manos, que no se ven muy bien debido a que está protegida con una rejilla metálica. El cuerpo del santo fue sacado de su urna de plata en la iglesia Magistral (actual Catedral Magistral) y depositado aquí para limpiarlo en 1967.
Otro elemento importante, sobre la puerta principal, es el escudo del Cardenal Cisneros. Este escudo se halla aquí debido a que en aquellas casas que María Fernández, tía de Catalina, cedió al Colegio, estaban instalados los talleres de la imprenta de la Universidad fundada por el cardenal, algo que ha motivado que los historiadores piensen que aquí se pudo imprimir la famosa Biblia Políglota Complutense.
En el exterior, en la plazoleta, antes de seguir tu paseo, puedes sentarte en alguno de los bancos de piedra y contemplar la estatua en bronce del Arzobispo Carrillo, que fue realizada por el escultor Santiago de Santiago en 1987… mientras saboreas unas almendras garrapiñadas de las Clarisas.
El Convento de las Clarisas de San Diego fue fundado en el año 1671 por doña Catalina García Fernández. Catalina García era la menor de los cinco hijos de don Bartolomé García y doña Catalina Fernández. Nacida en Santorcaz en 1639, se quedó huérfana de madre ese mismo año.
Por eso se hizo cargo de ella su tía, María Fernández, la cual vivía en una casa parte del actual Convento de las Clarisas de San Diego. Catalina García contrajo matrimonio a los quince años, tuvo tres hijos y enviudó en 1662. A partir de ese momento intentó ingresar en alguno de los tres conventos de franciscanas existentes en Alcalá; si bien, no fue hasta 1665 cuando entra en el Convento de los Franciscanos con los hábitos de la Tercera Orden de la Penitencia, eligiendo el nombre de Catalina de Jesús y San Francisco. En 1671 creó un colegio para jovencitas en una parte de la vivienda que su tía María Fernández le cedió para tal fin. El colegio se llamó de Doncellas Pobres de Santa Clara. Posteriormente el colegio fue beaterio (por eso la calle se llama Beatas) y después el monasterio que ahora alberga.
Las almendras garrapiñadas
Se trata del dulce alcalaíno por excelencia. Estas están documentadas desde al menos el siglo XVIII, son seguramente de origen árabe, y son famosas tradicionalmente como embajadoras gastronómicas de Alcalá.
Las almendras garrapiñadas están hechas con almendra y un almíbar de azúcar tostado. Es una receta simple pero exquisita, y que usan con maestría las monjas de clausura del Convento de las Clarisas de San Diego, también llamadas “almendreras”. Las Clarisas se dedican a su confección desde tiempo inmemorial, y también son conocidas como “las Diegas de Alcalá”, por ser San Diego de Alcalá su patrón.
El torno y los azulejos
Cuando estés en Alcalá y quieras llevarte este riquísimo souvenir de la ciudad, sólo tienes que acercarte, en pleno centro, a la calle Beatas, esquina con la plaza de San Diego -donde se encuentra la Universidad-. Allí está el Convento de las Clarisas de San Diego, un modesto edificio de fachada revocada, delante de la que se encuentra la estatua del arzobispo Alonso de Carrillo.
Comprar las almendras garrapiñadas es todo un ritual, porque estás comprando en un convento y no en una tienda convencional. Primero traspasarás el portón de madera de la entrada, para acceder a una antesala cubierta de azulejos. Observarás un ventanuco que no permite la vista al interior. Encima podrás ver el muestrario de todos los tipos de cofres, cajas y envases, de madera, cartón o plástico y tamaños y pesos, junto a los precios.
Llamarás y a través de la pequeña ventana de madera o torno, porque es giratoria; harás tu pedido, lo recibirás y entregarás el pago, sin ver el rostro de la monja que te lo da, porque son monjas de clausura.
Comprar aquí estas almendras garrapiñadas no es sólo un gesto comercial, sino que es algo en lo que resuena el eco de la tradición de los conventos de Alcalá, en esta placita tranquila desde la que se ve la portada de la Universidad cisneriana.
La opinión del turista:
Información de interés:
- Dirección: Calle de las Beatas, 5
- Tel:+34 918 88 03 05
Accesos desde Madrid
- Renfe Cercanías C-1, C-2 y C7A.
- Bus nº 223 (salidas desde el Intercambiador de Avenida de América).
Galería de imágenes:
En vídeo:
Dónde está
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