Descubren restos del primer asentamiento de Complutum, la Alcalá de Henares romana, gracias al trabajo de la arqueóloga Sandra Azcárraga y la fotografía aérea.
Según informa el diario El Digital de Castilla la Mancha, se ha descubierto bajo un campo de cereales la ubicación exacta de la primera Complutum romana.
El diario cuenta: Complutum, la antigua ciudad romana sobre la que hoy se levanta Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid, no siempre estuvo ahí, sino que su primera ubicación fue el Cerro de San Juan del Viso, unos terrenos que a día de hoy son un campo de cereal bajo el que se conservan intactos los cimientos de la urbe.
En una entrevista concedida a Efe, la arqueóloga Sandra Azcárraga explica que el hallazgo, que ha sido posible gracias a la fotografía aérea, no deja lugar a dudas, ya que en las imágenes se pueden ver «todas las trazas del urbanismo de la planta de la ciudad romana más antigua de la Comunidad de Madrid perfectamente delimitadas», con todas las calles distribuidas en un diseño «muy cuadriculado» e incluso los lugares donde se levantaron el teatro, las termas y el templo.
Esta arqueóloga, que compara este descubrimiento con el de la ciudad italiana de Altinum en 2009 -que también fue posible gracias a la fotografía aérea-, destaca que éste es un hallazgo único en España, porque se trata «de una ciudad completa, conservada y con edificios públicos».
La primera Complutum, según las investigaciones de Azcárraga, se fundó en el Cerro de San Juan del Viso, a unos kilómetros de su ubicación actual, sobre el año 40 antes de Cristo y ocupó 30 hectáreas, en las que llegaron a vivir 10.000 personas, hasta el años 60 después de Cristo.
Esta ciudad fue trasladada piedra a piedra apenas un siglo después de su fundación a las orillas del Henares, donde se encuentra a día de hoy, si bien algunas cosas no se pudieron mover, como los cimientos y las calles pavimentadas, por lo que estos restos son los que se pueden vislumbrar bajo el cereal, gracias a las fotografías aéreas.
Vista aérea
Azcárraga explica que en las zonas donde se encuentran enterradas las calles de la ciudad, el cereal crece más bajo porque las raíces no pueden penetrar en la piedra y este crecimiento menor es reconocible en las fotografías aéreas e incluso a pie de campo, donde las diferencias de altura se aprecian a simple vista, pero que no se darían si en vez de cereal creciera simplemente la hierba.
Gracias a esta huella de la ciudad que permanece en el tiempo, las fotografías aéreas permiten observar la traza de las termas, la ubicación donde posiblemente estuvo la puerta monumental de la ciudad e incluso la planta de algunas domus romanas, con el patio interior y las habitaciones distribuidas a su alrededor.
Con todo, el edificio más singular es el teatro, con un aforo para 2.000 personas y 40 metros de diámetro, que se vería desde el valle del Henares y que, probablemente, para su construcción se aprovechó un desnivel del terreno o se hizo el hueco en la tierra para usar las laderas como graderío.
Por ello, Azcárraga asevera que, si se hicieran excavaciones en esta zona, se comprobaría que este teatro romano, que se convertiría en uno de los más antiguos de España, se conserva en buenas condiciones.
Fotografía aérea en la que se aprecian las formaciones de los antiguos edificios de Complutum.
Traslado
Sobre las causas que motivaron el traslado de la ciudad, que posiblemente vivió de la agricultura y la ganadería, Azcárraga sitúa en primer lugar la cercanía del agua, ya que en su ubicación actual la urbe se encuentra a las orillas del Henares y «es más cómodo tener el río al lado que tener que subir el agua al cerro, aunque tendrían aljibes y recogerían el agua de la lluvia».
La segunda de las causas podría ser religiosa, pues con anterioridad al traslado de Complutum, en esa misma ubicación se había desarrollado un culto a las ninfas, las diosas relacionadas con el agua.
El tercer motivo para mover la ciudad sería el mejor acceso a las vías de comunicación, ya que a partir del siglo I después de Cristo, las principales calzadas que atravesaban la península pasaban por el llano.
Por todo ello, para Azcárraga «lo raro» es que los romanos se decantaran por construir una ciudad tan grande en el cerro para «40 o 60 años después de su fundación, desmontarla y ponerla abajo».
Alcalá vista desde el cerro del Viso. Foto: luipermom en Flickr.
Por suerte
La suerte ha jugado un papel importante en la conservación de esta ciudad romana, pues el hecho de que nunca se haya vuelto a construir en estos terrenos y que sólo sean tierras de labor ha permitido que los cimientos de las construcciones, incluso los muros con una altura de hasta 20 centímetros, estén preservados bajo la tierra que el paso de los años ha ido acumulando encima de la primera Complutum.
Así, Azcárraga señala que, si se llegara a excavar en esta zona, «se vería toda la planta de la ciudad y a lo mejor se conservarían hasta los zócalos de las casas».
Por ello, ya ha remitido un proyecto a la Dirección General de Patrimonio solicitando la excavación de estas tierras, un extremo que ve difícil ya que todo el Cerro de San Juan del Viso, que en total son unas 70 hectáreas, es propiedad privada, de un agricultor que es quien siembra el cereal que ha permitido el hallazgo.
Posible ubicación del teatro romano.
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