Un sábado 6 de septiembre de 1947 explotaba accidentalmente el polvorín del Gurugú en Alcalá de Henares. La explosión causó 23 víctimas mortales, entre víctimas civiles y militares, y la condena a muerte de 8 personas y la encarcelación de 69.
La explosión fortuita del polvorín fue utilizada por el gobierno del dictador Franco para detener, reprimir y encarcelar a varios jóvenes militantes comunistas y antifascistas.
Ocho militantes del Partido Comunista de España y de las Juventudes Socialistas Unificadas fueron condenados a muerte y fusilados en Ocaña el 20 de agosto de 1948. Otras 69 personas fueron encarceladas.
El polvorín de Alcalá (llamado tradicionalmente del Gurugú/Zulema), que es Bien de Interés Patrimonial, fue construido en plena Guerra Civil en 1938, explotó accidentalmente el 6 de septiembre de 1947, probablemente a causa de las altas temperaturas, tal y como ocurrió con otros polvorines de armamento.
Explosión accidental del polvorín militar del Gurugú
Como indica Wikipedia, la explosión afectó a los polvorines militares situados en el cerro Zulema, y ocasionaron entre 24 y 26 fallecidos, según las fuentes, y numerosos heridos en la ciudad complutense, situada a unos dos kilómetros.
Aunque lo más probable es que se tratara de un accidente provocado por el calor (durante la posguerra estallaron otros polvorines por esa razón y por esas mismas fechas estalló también un polvorín en Cádiz causando decenas de muertos y heridos), el régimen franquista lo atribuyó al «terrorismo marxista» y fueron acusados 24 miembros de las clandestinas JSU de Madrid y de Alcalá de Henares.
En febrero de 1948 se celebró el consejo de guerra que condenó a muerte a la mitad, siendo ejecutados ocho de ellos en Ocaña el 21 de agosto de aquel mismo año.
Los polvorines
En enero de 1938, en plena Guerra Civil española (del 18 de julio de 1936 a 1 de abril de 1939), se construyeron al sur del río Henares aprovechando la orografía propicia de los cerros, dos polvorines militares, en la zona conocida como Barrancos de Azaña.
La ubicación era ideal. En las proximidades de un núcleo urbano abundante en guarniciones militares, cercano a la capital, aprovechando los terrosos cerros de la margen izquierda del Henares, justo en frente del sólido puente de Zulema.
Se ubicaban a ambos lados de la carretera que subía el Gurugú. El más cercano ocupaba el interior de una pequeña colina. Después, el segundo depósito, se hallaba unos metros más al sur, junto a la Cuesta del Zulema.
Uno de los grandes hitos populares de la historia de Alcalá
La explosión de 1947 volatilizó en la práctica el primer depósito y la colina que lo cobijaba; en su lugar, un enorme socavón apenas dejaba rastro de su existencia. Al mismo tiempo, afectó al que se situaba junto a la Cuesta del Zulema, si bien la estructura interna de éste se mantuvo incólume.
Sin embargo, parece que hay una cierta confusión en los datos. El primer polvorín (por cercanía a la ciudad) se ubicaba junto al río, bajo una colina, en los terrenos que actualmente atraviesa la M-300 y donde se halla la perrera municipal. De este Depósito no se ha localizado por el momento documentación que hable de su estructura. Tampoco sobre el terreno quedó nada que lo pudiera identificar, aparte del inmenso socavón.
Este suceso se convirtió en uno de los grandes hitos populares de la historia de Alcalá. Por los efectos que causó sobre la población una explosión tan cercana, con tantas víctimas. También por el largo y complejo proceso que le siguió, donde se intentó localizar a los culpables de un supuesto sabotaje. Se aprovechó el incidente para llevar a cabo una purga política. Más información.
Dónde estuvo el polvorín militar del Gurugú
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