Rodríguez Palacios ha anunciado la recepción de una carta de la Comunidad de Madrid este fin de semana en la que de nuevo se da portazo a la posibilidad de poder usar transitoriamente la planta de Valdemingómez, hasta la terminación de las obras del nuevo centro de tratamiento de residuos de Loeches.
Ha dirigido unas duras palabras a la Comunidad en las que habla de dejación de funciones, de seguir políticas obsoletas y estrategias partidistas.
También ha recordado que no se trata de una Comunidad del PP frente a un Ayuntamiento del PSOE, porque la Mancomunidad del Este la componen 31 ayuntamientos de diferente signo político que luchan por resolver un problema en común: que ya no pueden seguir usando el vertedero de Alcalá, porque está lleno.
También ha querido recordar que situaciones similares a esta ya se han producido en otras partes de España como Valencia o Euskadi, en la que se ha creado un organismo llamado Comisión de Coordinación de Mancomunidades, precisamente para coordinar los intereses legítimos de las mancomunidades y evitar que los distintos ayuntamientos implicados acaben a la gresca para defender sus intereses.
Rodríguez Palacios afirma que la Mancomunidad ha explorado en tiempo y forma multitud de posibilidades (ver el detalle más abajo), pero que si no se llega a un acuerdo urgente el próximo 27 de diciembre, en plenas navidades, «los 31 municipios entraremos en alerta sanitaria», porque la basura se quedará sin recoger en las calles.
Para evitarlo, Rodríguez Palacios afirma que está dispuesto a ir a los tribunales si hace falta, porque «tenemos muy bien documentado todo el trabajo realizado en los últimos años».
Según ha relatado, la Mancomunidad del Este ha buscado todo tipo de soluciones, incluido contar con la ayuda y solidaridad de Castilla-La Mancha, que durante 3 meses dejaría verter la basura en su planta de tratamientos de residuos de Toledo. Pero el alcalde alcalaíno afirma «no sé cómo íbamos a explicar que las basuras de la Comunidad de Madrid tienen que recorrer 100 km para llegar a Toledo, cuando la planta de Valdemingómez tiene capacidad, tiene proximidad y tiene disponibilidad, y se sitúa a apenas 10 kilómetros de origen de muchos de los municipios».
Y es que la solución transitoria ideal es usar la planta de planta de Valdemingómez de Las Dehesas, que es de tratamiento y no de incineración, por la que se pagarían 30,2 € por cada tonelada vertida, y para la que se construiría en Alcalá una instalación auxiliar en Alcalá de Henares que cuesta alrededor de un millón de euros, para que se clasifique esa basura y se eliminen elementos impropios. Y en el futuro, cuando esté acabada Loeches, se aceptaría de vuelta la misma cantidad de basura enviada para que Valdemingómez quede con saldo cero.
Por otra parte, Rodríguez Palacios advierte que el problema de la Mancomunidad del Este solo es el primero, pero que detrás vendrán la del Sur y la del Norte, mucho más retrasadas en este aspecto: «la planta de Loeches va a ser una realidad dentro de un año, después de una construcción de 2 años aproximadamente y una licitación de también cerca de un año. Pero en Pinto y en Colmenar ni siquiera se han licitado las plantas de tratamiento».
«O existe un gran acuerdo entre partidos políticos, apartando el partidismo y defendiendo el interés general, o la Comunidad Madrid va al desastre», ha declarado Rodríguez Palacios, en una intensa declaración que se puede leer a continuación.
Comunicado íntegro de Javier Rodríguez Palacios
La Mancomunidad de residuos del Este la formamos 31 municipios que representamos a más de 750.000 personas, vecinos y vecinas de los pueblos y ciudades de la Mancomunidad.
Una Mancomunidad es una unión de municipios. Entre esos 31 municipios los hay grandes, pequeños y medianos. Los hay gobernados por el Partido Socialista, por el PP, por Ciudadanos y por partidos independientes. No es partidista, es una reunión de municipios para lograr un fin que es la gestión de los residuos una vez que salen del municipio y que sean tratados.
La elección del presidente se hace por una votación de los diferentes municipios, quiero insistir en este dato, no es algo partidista y de un solo municipio, es una asociación de municipios de muchos colores políticos, de muchos tamaños y distintos problemáticas, que se unen para gestionar la basura
Está basura, durante los últimos 10 años, va a un vertido al aire libre en Alcalá de Henares. Es un vertedero situado en Alcalá de Henares pero que no sirve solo Alcalá de Henares, que es una de las conclusiones que a veces se producen. En este vertedero propiedad de la Mancomunidad solo el 25% de los residuos provienen de Alcalá. El otro 75 % procede del resto de municipios. Por lo tanto, se ha estado haciendo también un ejercicio de solidaridad desde Alcalá de Henares por albergar los residuos de todos esos municipios durante estos 10 años.
Y esto se tiene que terminar, por motivos de legislación europea, de sostenibilidad y de lógica. Este es un modelo de hace 30 años: se coge la basura, se vierte en un agujero que va creciendo y se convierte en una montaña, que se va a tratando tapando con tierra.
Esa es la realidad de lo que se está haciendo ahora Alcalá de Henares y que se acaba muy pronto.
El 27 de diciembre, Alcalá se para
El 27 de diciembre no puede entrar más residuos en ese vertedero de la Mancomunidad del Este situado en Alcalá de Henares.
Por ello desde hace ya casi 10 años, en paralelo a la creación de la Mancomunidad, se está gestionando la construcción de una planta de tratamiento de residuos en Loeches, un municipio cercano y miembro de la Mancomunidad.
Esa planta va a ser la más moderna de España, con la que se va a tener mejores medios para un mejor reciclado y para una mejor separación de los residuos.
Pero la realidad es que esa planta va a terminar de estar construida dentro de aproximadamente un año, por lo tanto hay un año de diferencia entre la imposibilidad que entren más residuos en Alcalá de Henares y el funcionamiento de la nueva planta de Loeches.
Durante el tiempo de tramitación de la planta éramos conscientes, todo el mundo éramos conscientes, que se podría producir este problema.
Habido retrasos por la cuestión de las expropiaciones, unos terrenos que no eran de la Mancomunidad y que hubo que expropiar. Los propietarios tenían su legítimo derecho a defenderse, a pedir un precio determinado, y por lo tanto eso lo retrasó.
En 2016 cambiamos y modificamos el contrato para hacerlo más acordé a la nueva normativa, que desde el inicio de su concepción hasta la actualidad ha variado. Introdujimos la posibilidad de hacer compost, introdujimos los residuos vegetales, todo eso ha ido retrasando el proyecto, pero también en un sentido positivo, haciéndolo más moderno.
Primeros pasos
Realmente, cuando se veía que ese retraso podría afectar la transición entre el vertedero de Alcalá y la planta de Loeches, desde la Mancomunidad deñ Este se propuso a la Comunidad de Madrid, ya hace 2 años, reabrir un vertedero que está cerrado actualmente, entre Mejorada y Torrejón, que se llama Rendija, y no fue posible. La Comunidad no lo consideró.
También propusimos utilizar vertederos privados en este año de transición, pero tampoco se autorizó.
Incluso cuando ya teníamos el vaso de Loeches, propusimos el vertido directo en el vaso, pero tampoco se permitió porque ese vaso no es para vertido directo.
Todo esto está documentado, hemos hecho grandes esfuerzos para llegar a tiempo y que no existiese ese tiempo de transición. Lamentablemente se va a producir.
Por eso, cuando vimos que ninguna de las opciones alternativas se podría llevar a cabo, se inició en julio de 2018 una petición a las dos Mancomunidades de Residuos de la Comunidad de Madrid, con vertedero en Pinto la del Sur y con vertedero en Colmenar la del Norte, la posibilidad de llevar allí los residuos. También a Madrid ciudad, a la planta de residuos de Valdemingómez.
Sin más opciones
Solo existen estas tres instalaciones en la Comunidad de Madrid capaces de albergar nuestros residuos, puesto que las otras modificaciones propuestas nunca se llevaron a cabo. Por lo tanto no hay mucho donde elegir, no hay mucho que discutir, solo hay tres instalaciones, parla, Colmenar o Valdemingómez.
En 2018 se nos dio una respuesta negativa, en julio de 2019, con una nueva corporación en todos los ayuntamientos, con nuevo Gobierno en la Comunidad y con una nueva composición de la Mancomunidad en la que tuve el honor de volver a ser elegido por los compañeros de numerosos partidos y diferentes características, volvimos a mandar esas cartas a los tres agentes, a las comunidades y a Valdemingómez.
Y a partir de julio de 2019 se inició un diálogo con la Comunidad de Madrid, basado en unos criterios muy sencillos: los de proximidad y disponibilidad.
Cualquier cuestión medioambiental, y ahora la COP lo ha puesto de manifiesto en estas semanas, se tienen que tener encuenta objetivos como la proximidad y la disponibilidad a la hora de gestionar unos residuos en un momento de crisis como el que se está produciendo en esta zona de Madrid.
Y el criterio de proximidad y disponibilidad más lógico es Valdemingómez. Está más cerca de los municipios de origen y tiene capacidad para admitir 200.000 toneladas, que es lo que producimos en un año los 31 municipios. Por tanto es un diálogo lógico el que se produjo con la ciudad de Madrid y en el que participó también la Comunidad.
Negociación complicada
Ha habido altibajos en ese diálogo, ha habido posicionamientos políticos, pero realmente quiero hacer un llamamiento a que se abandone la política, y ya que hemos estado 10 días hablando de medioambiente mundial, de medioambiente europeo, también hay que hablar de medioambiente en la Comunidad de Madrid. Y hay que ver esos tres objetivos que avalan que la solución más lógica es ir a Valdemingómez. Criterios objetivos que la propia Comunidad de Madrid por escrito ha manifestado. Pero por desgracia este diálogo ha sufrido una gran tensión el pasado viernes.
El pasado viernes, la Consejería de medioambiente de la Comunidad de Madrid envío una carta a la Mancomunidad del Este, este conjunto de 31 municipios, diciendo que Madrid ciudad no contestaba a sus requerimientos y que los convenios en los que hemos estado trabajando no aparecían por ninguna parte.
Hemos trabajando en un convenio que sería pagar 30,2 € por tonelada por entrar en Valdemingómez, por entrar en la planta de Las Dehesas, que es de tratamiento, no de incineración (lo que quiere decir que en conjunto la Comunidad mejora medioambientalmente, por qué en vez de verter todo al aire libre se va a tratar en Valdemingómez).
Además hemos hablado de las calidades, de cómo irían los residuos Valdemingómez, y por eso hemos hecho una instalación auxiliar en Alcalá de Henares que cuesta alrededor de un millón de euros, para que se clasifique esa basura y se eliminen elementos impropios.
Es decir, todo estaba muy avanzado. Pero este viernes ha habido una “crisis temporal” a causa de un carta de la Comunidad de Madrid que de nuevo nos cierra las puertas.
Y el 27 de diciembre, aproximadamente, no podrán entrar más residuos en el vertedero de la Mancomunidad del Este situado en Alcalá de Henares.
Evitar la emergencia sanitaria
A raíz de la carta de la Comunidad de Madrid hemos estado trabajando en dos escenarios, uno de emergencia sanitaria o ambiental el 27 de diciembre, día en el que habrá 750.000 habitantes de la Comunidad de Madrid sin recoger sus basuras, y eso significa basura en la calle de 31 municipios, en plenas Navidades. Ese es un escenario que hay que evitar a toda costa.
Segundo escenario, también conocido por la Comunidad de Madrid, posibilidad de llevarlo a otra comunidad autónoma. En este fin de semana hemos hilado una serie de contactos con las autoridades de Castilla-La Mancha que han mostrado su solidaridad y capacidad para recibir los residuos de 31 municipios de Madrid en la planta de tratamientos de residuos de Toledo.
Pero solo durante 3 meses, porque es la capacidad que tienen. Ahora están en una renovación de plantas y durante estos 3 meses podrían hacernos el favor, por solidaridad, de albergar los residuos de 31 municipios de Madrid.
Es una solución política, pero creo que sería una solución desastrosa desde el punto de vista medioambiental. No sé cómo vamos a explicar que las basuras de la Comunidad de Madrid tienen que recorrer 100 km cuando tienen una planta que tiene capacidad, que tiene proximidad y que tiene disponibilidad a apenas 10 kilómetros de origen de muchos municipios.
Pero si es necesario, por evitar que no se recoja la basura en plenas Navidades en 31 municipios, iremos a Toledo. “Si da tiempo”, porque también existen unas cuestiones técnicas complejas, pero tienen que entender que este ultimátum del viernes ha movido muchas cosas en este fin de semana, hemos trabajado arduamente el sábado y domingo para encajar está posible solución,
Quiero hacer un llamamiento a la cordura y eliminar la política partidista de todo esto, a que se siga con la lógica que se ha seguido en otras comunidades autónomas, porque esto ya ha pasado en España anteriormente.
Problemas con precedente
Hay una Administración, que es la regional, que en Valencia o en Euskadi ha tomado cartas en el asunto, ha dejado de enfrentar a municipios, ha dejado de tensionar la legítima preocupación del alcalde de Madrid (porque no le apetece lógicamente que en condiciones normales asumir la gestión de residuos de otros municipios), con la lógica de una Mancomunidad que ha hecho todo lo posible pero que no ha llegado a tiempo.
Estos problemas ya se han dado en España y ha sido el gobierno de Valencia o el gobierno de Euskadi el que ha tomado cartas en el asunto para sosegar, para indicar, para facilitar la vida a los vecinos y vecinas afectados. Y es lo que echamos en falta en esta Comunidad de Madrid.
Llevamos los 31 municipios 10 años abandonados a nuestra suerte, creo que ni siquiera hay mala fe, pero lo que sí hay es una falta total de herramientas y de impulso político para que la Comunidad de Madrid tome cartas en el asunto, para evitar que terminemos enfrentándonos alcaldes y vecinos de Rivas, con alcalde y vecinos de Madrid, con alcalde y vecinos de municipios de todos los tamaños.
Por tanto hago un llamamiento a que se recoja la basura, a que no queden 31 municipios parados el 27 de diciembre. Y afirmo que la solución de ir a Castilla-La Mancha, llevar la basura a más de 100 km del origen, no es una solución realmente explicable ni viable. Y agradezco profundamente la solidaridad y el duro trabajo realizado en pleno fin de semana por el gobierno y la Junta de comunidades de Castilla-La Mancha y de su consejero de medioambiente, creo que les honra.
¿Dejación de funciones?
Sinceramente pienso que está Consejería de medioambiente es heredera de políticas que llevan 10 años en esta comunidad, de dejación de funciones.
Por lo tanto no voy a hacer en absoluto sangre personal contra nadie, ni contra la gestión de los últimos meses, pero es que en la Comunidad de Valencia se ha creado un organismo que se llama Comisión de Coordinación de Mancomunidades, precisamente para eso. Para que se coordinen los intereses legítimos de las mancomunidades.
En Madrid no tenemos nada. El Partido Socialista de Madrid lleva más de 10 años pidiendo un consorcio o una fórmula jurídica que precisamente sirva para arbitrar en estos casos, porque no puede ser que sea una relación bilateral entre ayuntamientos.
La Comunidad de Madrid no quiere afrontar la gestión de los residuos, se la ha dejado a los municipios.
Además ha habido muchas veces descalificaciones que nos han producido un profundo malestar y una falta de respeto a los 31 municipios que forman parte de la Mancomunidad. Hablando de inacción, hablando de que no hemos trabajado, tenemos todo documentado y estamos preparados incluso para ir a los tribunales si se genera una emergencia y tenemos que dar explicaciones ante la Fiscalía de medioambiente, porque tenemos la conciencia muy tranquila del trabajo realizado.
El problema se multiplicará
Pero insisto, es que esto mismo va a ocurrir en el sur y en el norte de Madrid, en estas dos mancomunidades, una de ellas 4 veces más grandes la nuestra, si no se toman cartas en el asunto.
La planta de Loeches va a ser una realidad dentro de un año, después de una construcción de 2 años aproximadamente y una licitación de también cerca de un año. Pero en Pinto y en Colmenar ni siquiera se han licitado las plantas de tratamiento.
Por lo que estamos hablando de que ni en el sur de Madrid ni en el norte de Madrid va a haber una planta de tratamiento hasta dentro de cuatro años. Y este problema que hoy nace en la Mancomunidad de Este, este va a seguir produciéndose en el Sur y en el Norte.
O existe un gran acuerdo entre partidos políticos, apartando el partidismo y defendiendo el interés general, o la Comunidad Madrid va al desastre.
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