El pasado martes, pleno del Ayuntamiento de Alcalá aprobó solicitar a la Confederación Hidrográfica del Tajo que recupere el cauce del río Henares y retire las ramas, troncos y árboles a su paso por Alcalá.
En concreto, piden «que acometan a la mayor brevedad los trabajos destinados a recuperar el cauce del río Henares, a fin de que vuelva a su estado original, retirando las decenas de ramas troncos y árboles que se encuentran en el lecho del río Henares, así como a que adopten las medidas necesarias destinadas a garantizar que no se vuelva a producir un vertido y arrastre de basura de estas características que afecte a nuestro río».
Pero esta protesta no surge únicamente en la ciudad complutense. La falta de mantenimiento de los cauces de los ríos y la ausencia de una política de limpieza óptima de los mismos, son las principales quejas de más de un centenar de municipios de Madrid y Guadalajara afectados por los procedimientos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que ven cómo, cada vez que se producen lluvias importantes, los problemas vuelven a sus demarcaciones.
Todos con Jirueque
La queja de estos municipios surgió después de que Jirueque, un pequeño pueblo de Guadalajara con tan solo 47 habitantes, recibiese una multa por dañar involuntariamente una tubería al tratar de quitar un árbol que ocasionaba problemas en el cauce del río a su paso por el municipio.
Se quejan de que la CHT no solo no hace la labor de limpieza en los cauces que le corresponde, sino que al mismo tiempo impide que los pueblos afectados puedan realizarla ellos mismos. «Los municipios no tienen ningún tipo de parte en la gestión, no pueden limpiar los arroyos ni los ríos por miedo a que la Confederación actúe en modo inquisitorial y nos multe», afirma Juan Antonio Sanz, alcalde de Jirueque. «Se tiene que abrir una línea de diálogo donde la competencia en los cauces sea parte de la Confederación y sea parte también de los ayuntamientos».
Para Juan Antonio, el problema es muy sencillo: «hace 40, 50 años, los cauces en los pueblos estaban limpios porque los pueblos estaban habitados, y porque esa agua era esencial para sobrevivir, para sus huertos, etcétera. Entonces la gente se juntaba para limpiar los cauces. Los cauces estaban limpios y en ellos no crecía ningún tipo de vegetación alternativa. Ahora, como los cauces están sucios, pues crecen unos árboles de tres pares de narices», afirma enfadado por la inoperancia de la CHT y por la multa recibida al tratar de solucionar el problema de su pueblo.
Manifiesto de apoyo
Más de un centenar de municipios pertenecientes al ámbito de la Confederación Hidrográfica del Tajo en Madrid y Guadalajara, han publicado un manifiesto por el que apoyan al Ayuntamiento de Jirueque frente a la multa interpuesta por la CHT.
En el mismo muestran su oposición y rechazo contra determinadas actuaciones por parte del organismo estatal que, «sin atender a razones y basadas en normativas arcaicas y a menudo con apariencia especulativa, acaban perjudicando a nuestros municipios con graves consecuencias sociales y sanitarias para nuestros vecinos, además de las económicas».
«Desde nuestro punto de vista (y todos hemos tenido que soportar alguna) este tipo de actuaciones solo pueden calificarse como caprichosas, coercitivas y con afán meramente recaudatorio; sin tener en cuenta las consecuencias que de ellas se derivan», añaden.
También manifiestan su buena voluntad y disposición para reconducir y solucionar las causas que acaban motivando estos problemas. Y para a ello solicitan una reunión con la Subdelegación del Gobierno para tratar los siguientes temas:
- Mejorar los mecanismos de comunicación con la Confederación Hidrográfica del Tajo al objeto de facilitar el acceso a la información por parte de nuestros municipios, no, por pequeños, merecedores de menor respeto y consideración.
- Realizar limpiezas regulares y sistemáticas de los cauces de nuestros ríos y arroyos a fin de evitar o paliar las consecuencias negativas de posibles crecidas o riadas.
- Que las posibles sanciones a imponer sean en casos absolutamente necesarios y basadas en criterios razonados y razonables.
- Flexibilidad por parte de la CHT para que los pueblos realicen las obras urgentes o necesarias en sus términos, sin temor a ser sancionados. Los vecinos y sus representantes son los máximos interesados en mantener sus cauces en condiciones óptimas.
- Establecer mecanismos de mediación y arbitraje en casos de discrepancias entre las partes.
En conclusión, los municipios afectados creen que “la Confederación tiene una magnífica oportunidad de rectificación y para ajustar su organización con la finalidad de dar un servicio más cercano, más proporcional y, sobre todo, más justo a los municipios sobre cuyas cuencas hidrográficas tiene competencia”.
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