Con el proyecto Alzando la Voz, Cruz Roja ha implicado a niños, niñas y adolescentes que han sufrido situaciones de violencia de género en su condición de hijos e hijas, como verdaderos agentes sociales para mejorar la respuesta institucional que se les ofrece desde las Administraciones Públicas y Entidades Sociales.
Este planteamiento se origina desde la necesidad de seguir poniendo en la agenda política esta realidad social, para que las propuestas legislativas e institucionales que están emergiendo consideren la opinión y punto de vista de los propios niños, niñas y adolescentes.
Por esta razón, Cruz Roja ha realizado un pilotaje del proyecto en 5 provincias (Alicante, Albacete, Barcelona, Granada y Madrid) donde más de 70 niños y niñas de 6 a 21 años han participado en talleres de autoexpresión para contar de primera mano sus situaciones problemáticas en el hogar.
En el caso de la Comunidad de Madrid, el proyecto se ha llevado a cabo en las distintas sedes de Cruz Roja ubicadas en Fuenlabrada-Humanes, Móstoles y Madrid, realizando actividades adaptadas a 17 niños, niñas y adolescentes a través de la metodología de SMAT y entrevistas para escuchar y visibilizar sus emociones. Con estos talleres se persigue la autoexpresión y participación de los menores de edad para que aprendan a ser conscientes de todas las dimensiones implicadas en situaciones padecidas, atendiendo a sus capacidades.
La violencia de género es una forma más de maltrato infantil, y las hijas e hijos de las mujeres que sufren violencia de género son víctimas de la misma, sea ésta psicológica, física o sexual. En un 89% de los casos, los menores fueron testigos de la violencia ejercida sobre sus madres; en un 52%, sufrieron maltrato directo.
Además, los niños y niñas sufren una violencia institucional que les revictimiza cuando no se consideran sus necesidades como personas menores de edad. Por eso, desde Cruz Roja, se da voz a las necesidades de estos menores para sacar a la luz, a través de sus propios discursos, todas las dimensiones de este grave problema social. Hablan en primera persona, y deben ser escuchados activamente para poner en marcha la agenda social de esta realidad hasta consolidar propuestas legislativas e institucionales que protejan sus derechos vulnerados.
Esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos de Cruz Roja para hacer realidad la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia (LOPIVI) que entró en vigor el pasado junio. Esta ley busca erradicar la violencia contra la infancia fomentando la sensibilización, prevención, detección, protección y reparación de las víctimas.
Miedos
Según los resultados de este estudio, determina que el mayor miedo que han expresado sentir está relacionado con la salud integral y los servicios médicos (35,5’%), con un temor e incertidumbre constante. Además, han verbalizado la idea de la muerte y la pérdida de sus madres, familiares o amistades que aparecen de manera constante entre sus inquietudes: “Que no le pase nada a mi madre/que le pase algo a mi madre”, o el hecho de tener “miedo constante a que algo pase”, son algunos de sus presentimientos negativos más comunes.
Otros miedos están relacionados con su alimentación o nivel de vida (10.5%), el hecho de no poder crecer en una familia con entorno seguro y confiable (9.50%), a la socialización (12%) o a la falta de libertad de expresión y buen trato (12%).
Tristezas
La libertad de expresión y el buen trato, se centran las mayores aflicciones (17.54%), evocando sentimientos de dolor concernientes a las relaciones conflictivas y sentimientos de frustración, aunque es revelador que la población infantil señala su necesidad de expresarlas, especialmente en casa.
Estos signos de tristeza también destacan en los espacios que comparten con otras niñas y niños en Cruz Roja, que se asocian a un lugar seguro donde pueden expresarse con confianza.
Asimismo, el estudio revela que aquellos enunciados relacionados con el derecho a crecer en una familia, entorno seguro y confiable (15,79%) generan profundos sentimientos de tristeza en los menores, principalmente mencionando la vivencia de diversas situaciones de violencia que les afectan directamente a ellos, a sus madres y a sus hermanos, así como la asunción de roles de cuidado que no desean.
Finalmente, la educación y aprendizaje (10,53%) y la salud integral y servicios médicos (10,53%), sobre todo en los casos en los que encuentran alguna dificultad en su desarrollo académico.
Sueños
Los principales sueños y esperanzas de los menores de edad participantes se relacionan principalmente con el deseo de una mejor educación y aprendizaje (26.65%): proyectan, especialmente, su anhelo con su desarrollo profesional y su desempeño en diferentes profesiones.
Con la misma intensidad, en alimentación y mejor nivel de vida (26,17%) expresan la mejora del bienestar material o económico. En las descripciones que realizan niñas y niños, se dan cuenta de sus contextos de vida expresando sus carencias y necesidades, y, sobre todo, su deseo de disponer de una mejor vivienda-hogar para sus madres y para ellos.
También entre sus sueños se encuentra, con menor grado, crecer en una familia, entorno seguro y confiable (7,01%), los discursos de las niñas y niños sobre su aspiración de la mejora de las condiciones de su familia y el deseo de una mayor felicidad se encuentran presentes, pero no en el eje de los sueños, sino en las tristezas; dicho de otra forma, niñas y niños narran sus situaciones presentes, pero en menor medida en su proyección de futuro.
No es de extrañar su alusión al deseo de tener “muchos poderes”, “súper poderes” o “ser invisibles” tan presentes en sus sueños, como una vía para superar, controlar o enfrentar los miedos presentes que sienten.
Alegrías
Las actividades y espacios relacionados con la socialización son de los principales motivos de gozo (25,76%), con elementos respectivos a su capacidad de interrelación y el disfrute de diferentes actividades de ocio, siendo los temas mencionados como los que generan más felicidad en las niñas, niños y adolescentes participantes.
Con un peso algo menor aparece la alimentación y mejor nivel de vida (18,78%), sobre todo en lo que respecta al acceso a la tecnología. Por el contrario, la educación y aprendizaje (6,11%) y la aplicación de los derechos (6,11%), no son necesariamente una prioridad en sus expresiones entre los motivos de alegrías en la actualidad, aunque sí se proyectan en una ilusión de mejora en el futuro.
El proyecto ‘Alzando la voz’
“Alzando la voz” es un proyecto de Investigación, Desarrollo e Innovación Social, orientado a mejorar las metodologías de participación ofrecidas a los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género.
Cruz Roja ha realizado un pilotaje/estudio exploratorio desarrollado en 5 provincias (Alicante, Albacete, Barcelona, Granada y Madrid), donde más de 70 niños y niñas de entre 6 y 21 años han participado en talleres de autoexpresión adaptados a su edad con los que se han identificado las posibles situaciones problemáticas, barreras y sus deseos de futuro o su capacidad para superar obstáculos.
El enfoque metodológico aplicado ha buscado en todo momento garantizar un abordaje mixto, que combina el análisis documental con el levantamiento de información a través de métodos de investigación cuantitativos y cualitativos, con gran apuesta participativa, con el protagonismo de niñas, niños y adolescentes desde un enfoque multiactor e intergeneracional que ha hecho posible identificar los derechos y obligaciones.
Además, se ha realizado mediante un proceso dialogado, incorporando el seguimiento, que permite maximizar la validez y eficacia de los dispositivos implementados, y dota de legitimación y sostenibilidad los resultados del diagnóstico. Es, por tanto, una metodología innovadora y participativa.
El proyecto “Alzando la Voz” se ha desarrollados en 3 fases: una primera fase de diseño y formación, una segunda fase de testeo y desarrollo de talleres territoriales con los niños, niñas y adolescentes, supervisión de equipos, e iniciativas desarrolladas, y una tercera fase de análisis de datos de la información recabada.
En el desarrollo de los talleres se han utilizado dos técnicas cualitativas participativas para el acercamiento a la situación de las niñas y niños: el SMAT y las entrevistas. El SMAT (Sueños, Miedos, Alegrías, Tristezas) es una técnica, que en su origen fue un DAFO adaptado y que, desde Enclave de Evaluación, consultora encargada de realizar el acompañamiento en el proceso metodológico y la formación y asesoramiento de los equipos territoriales, han diseñado ad hoc para un diagnóstico con enfoque de derechos. A partir del análisis de los discursos, se organizó la información en siete dimensiones de derechos afectados (basados en la Convención de los Derechos de la Infancia): crecer en una familia, entorno seguro y confiable; Alimentación y mejor nivel de vida; Salud integral y servicios públicos; Educación y aprendizaje; Socialización; Libertad de expresión y buen trato; y Aplicación de los derechos; y se relacionó con la posición que ocupan sus reflexiones en cada uno de los cuatro ejes de sentimientos: Sueños, Miedos, Alegrías y Tristezas.
La presentación de resultados de este estudio se realiza este 5 de mayo a través del webinar ‘Quiero tener poderes’ cuya conclusión general es que los niños, niñas y adolescentes afectados por situaciones de violencia de género, manifiestan a través de sus discursos y dibujos, la vulneración de sus derechos en casi la totalidad de dimensiones analizadas.
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