Alcalá de Henares es una ciudad con más de 2000 años de historia, por aquí han pasado numerosas civilizaciones que han dejado una huella que aún es visible cuando visitas la ciudad. Y uno de los vestigios de más valor para conocer cómo era la ciudad en el pasado es el dibujo realizado por el pintor flamenco Anton van der Wyngaerde, más conocido en España como Antonio de las Viñas.
Alcalá, la cuidad viajera
Como probablemente sabrás, Alcalá de Henares ha tenido varios emplazamientos geográficos en torno al río que le da nombre. Los orígenes más remotos se sitúan en torno al cerro de San Juan del Viso o del Zulema, donde unos guerreros supuestamente llegados de la guerra de Troya fundaron la Iplacea íbera. Después los carpetanos levantaron un castro en el lugar llamado El Salto del Cura, y por último los romanos construyeron el primer asentamiento de lo que sería Complutum.
Sin embargo los romanos pronto descubrieron que la vida era mucho más sencilla en el valle, más cerca del río y con buenas zonas cultivables, por lo que decidieron trasladar el asentamiento a la zona comprendida entre los ríos Henares y Camarmilla, lugar donde ahora encontrarás los restos arqueológicos de Complutum.
A comienzos del siglo IV se produjo el martirio de los Santos niños Justo y Pastor, patronos de Alcalá de Henares, y el lugar elegido para ello quedó protegido con la construcción de una ermita que finalmente se terminaría convirtiendo en la actual Catedral Magistral de Alcalá. En su interior, una cripta guarda aún la piedra donde fueron martirizados.
Los árabes llegaron más tarde a Alcalá y aprovecharon muchas de las ruinas romanas para construir su ciudad. Todavía se puede ver en la ribera del río Henares los restos del castillo Qal’at Abd al-Salam, el Castillo de la Paz, de donde viene el nombre de Alcalá. Se construyó en tiempos del emir Muhammad I, en pleno siglo IX y resistió hasta su caída en el año 1118.
Durante los siglos XII y XIII coexistieron la ciudad musulmana y la medieval, hasta que finalmente esta última se impuso como emplazamiento definitivo. A partir de ahí Alcalá se transformó en un burgo comercial bien defendido por sus murallas, y que volvió a cambiar de nombre para denominarse Burgo de Santiuste. De hecho, existe un interesante centro de interpretación junto al parking gratuito del Pico del Obispo donde podrás conocer mucho mejor esta época de la ciudad.
Terminada la edad media comienza la edad dorada de la nueva Alcalá de Henares, la que vio nacer a Miguel de Cervantes y adoptó como suyo al cardenal Cisneros, sin duda dos de las figuras más relevantes que ha tenido la ciudad.
Anton van der Wyngaerde su obra
La importancia de la obra pictórica de Wyngaerde radica no tanto en su calidad artística sino en su trascendencia histórica, puesto que refleja con precisión cómo era la ciudad en torno a 1565. Wyngaerde recibió el encargo de pintar la ciudad de Alcalá de Henares del rey Felipe II, junto con una serie de vistas de las principales ciudades españolas de la época. Su objetivo era formar una especie de atlas de las posesiones de la monarquía hispánica, así que la intención de la obra no es únicamente paisajística sino también política. El original se conserva en la Biblioteca Nacional de Viena.
Además, Wyngaerde aplicó una técnica no muy frecuente en aquella época consistente en dotar a la obra de una perspectiva aérea, gracias a lo que hoy se pueden ver perfectamente muchos de los elementos más importantes de la ciudad amurallada de aquella época. Por ejemplo, en la zona inferior izquierda se puede apreciar con bastante claridad cómo era el Palacio Arzobispal, entonces residencia del arzobispo de Toledo, antes del incendio que destruyó dos terceras partes del antiguo edificio a comienzos del siglo XX. Puedes obtener mucha más información sobre cómo era el palacio antes del incendio, e incluso contemplar una reconstrucción virtual de su interior aquí.
También se puede apreciar que la zona amurallada encierra un recinto de forma circular cuyo centro no es la actual plaza de Cervantes, zona que quedaba justo fuera de las antiguas murallas, sino la Catedral Magistral, epicentro del barrio cristiano de la época.
En la parte inferior de la imagen se aprecia una especie de avenida de llegada a la cuidad que termina en la muralla, justo donde hoy se sitúa la actual Puerta de Madrid. Antes, a su izquierda y fuera de la muralla puedes ver la Posada del Diablo, lugar donde se hospedaban mercaderes y viajeros. Si quieres saber más sobre la muralla de Alcalá y la Puerta de Madrid, haz clic aquí.
A la derecha puedes ver la Catedral Magistral y en el centro del recinto amurallado una calle que lo atraviesa en vertical y que se corresponde con la actual calle Mayor y su prolongación como calle Libreros. Si te fijas, a la derecha de esta última se puede apreciar la Universidad Complutense del Cardenal Cisneros, ya en pie a pesar de que en aquella época Alcalá de Henares aún conservaba vigente todo su sabor medieval.
Alcalá hoy en día
Compara ahora el dibujo de Wyngaerde con la ciudad actual visible gracias a Google Maps. Observa cómo todavía se puede apreciar que el casco histórico sigue teniendo una forma casi redonda con el centro situado en la Catedral Magistral. También puede verse claramente que la actual plaza de Cervantes quedaba delimitada en un principio a las afueras de la ciudad, separando la ciudad en sí de la Universidad del Cardenal Cisneros.
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