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Cómo ser mujer runner en Alcalá y no morir en el intento


El running está en auge. Y, al igual que cada vez es más habitual ver runners por la calle a cualquier hora del día y bajo cualquier inclemencia climatológica, lo es también que gran parte de corredores sean mujeres. Y es que para muchas de nosotras calzarse las zapatillas y salir a correr es ya un hábito, una necesidad y una pasión. Ser mujer runner y no morir en el intento… ¡se puede!

Lo cierto es que el running tiene una facilidad de acceso muy atractiva, no se necesita a priori mucha equipación, ni apuntarse al gym, ni tener demasiado tiempo y esto, en una rutina diaria en la que prima el estrés y el ir volando de un lado a otro, es algo que hace del running un deporte top también para mujeres.

Pero ¿es fácil conciliar la vida laboral y familiar con el running?, ¿Cómo consiguen las mujeres sacar tiempo para la casa, los niños, el trabajo, el estudio…? Quizá si aún no te has iniciado en este deporte, éstas sean preguntas que se te estén viniendo a la cabeza mientras lees este post. Es por ello que hoy en Dream Alcalá Woman queremos acercarte los testimonios de Gloria, Leti, Lili, María, Marta, Nieves, Paloma y Patri, 8 mujeres runners de Alcalá que, gracias al club Entrenador de Atletas, han hecho del running su gran pasión.

Cómo ser mujer runner y no morir en el intento

Gloria: «Suspendía Educación Física… ¡y mírame ahora!»

«Empecé a correr hace unos 11 años y, como mucha gente, con la única finalidad de perder peso. Tanto mi hermano como mi padre siempre han sido unos apasionados del deporte pero yo suspendía Educación Física y los compañeros se reían de mí por mi forma de correr. Al principio salía a correr muy poco pero me apunté a una carrera e hice mi primer podium (probablemente porque corríamos solo tres chicas) y el caso es que me motivé y me enganché a correr un poquito más a menudo. Poco a poco fui poniéndome más objetivos (primero un 10000, luego una media maratón, un maratón…) y sin darme cuenta estaba enganchada a esta droga sana que es el running»

Leti: «Correr me da vida»

Esta alcalaína de 26 años lleva solo tres años en el mundo del running, asegura que su experiencia con el running comenzó al volver de su año Erasmus: «volví a España bastante perdida y mi hermana, casada con un triathleta, me invitó a salir a correr con ellos. Y hasta ahora, que no cambio el running por nada. Las carreras, el ambiente, amigos, los martes y jueves con mi equipo, el sufrir, reír y vivir. Porque, al fin y al cabo, a mi esto… me da vida».

Lili: «Para comenzar solo hacen falta unas zapas buenas, un reloj, un chándal y camisetas viejas. ¿Quién no tiene?»

Esta opositora de 32 años y deportista «de toda la vida», notó que le faltaba algo cuando acabó su carrera universitaria y comprobó que había dejado de lado su rutina deportiva durante esos años de estudio… ¡y llegó el running!: «Si solo quieres mantenerte, con unas buenas zapatillas es más que suficiente; el Casio para proponerte objetivos de tiempo, un chándal y camisetas viejas». Después de casi 10 años se ha convertido en un estilo de vida, una forma de escuchar su cuerpo y un modo de evadirse.

María: «Soy una mamámachaca»

Comenzó a salir por Oviedo con su entonces novio y ahora padre de sus hijos. «Fue una tortura que aún ahora cuando me toca hacer series no ha dejado de resultarme durísimo. La diferencia es que ahora forma parte de mi estilo de vida», cuenta. «Tanto que entra dentro de la planificación semanal junto con hacer la compra, bañar a los peques, planchar, cocinar, trabajar… Es una obligación placentera«.

Confiesa que durante sus dos embarazos no fue capaz de correr pero que a los  40 días ya estaba con las zapatillas puestas. ¿Su secreto para compaginar el running con su intensa vida de mami? LA ORGANIZACIÓN CON SU MARIDO y la fuerza de voluntad: «Soy una mamámachaca».

Marta: «Empecé a correr por cabezonería… y sigo corriendo por lo mismo»

«Empecé a correr por cabezonería y realmente sigo corriendo por lo mismo. De hecho, ya me he vuelto loca y compito en triatlón y cosas similares, a pesar de que ni corro rápido ni nada que se le parezca», nos cuenta Marta, quien tiene muy claro que «para empezar a correr es fundamental hacerlo poco a poco y sin cometer barbaridades ya que una lesión al principio o una desilusión en una carrera te pueden quitar las ganas definitivamente. Después, hay que buscar objetivos alcanzables y agradables, es decir, carreras en las que sepas que vas a poder participar, que vas a poder terminar y que no vas a llegar la última. Otra cosa muy importante, y que para mí ha sido fundamental para continuar y mejorar, ha sido el encontrar un grupo con el que entrenar, quedar a correr, ir a las carreras, etc.»

Nieves: «Correr me hace sentir libre»

Del testimonio de Nieves nos quedamos con estas bonitas palabras: «Corro porque me gusta, porque disfruto en cada zancada, porque me siento libre y a la vez me libera, porque puedo correr con amigos compartiendo esta afición… Corro por disfrutar y por seguir con mis ganas hasta que mis piernas digan hasta aquí. Y cuando me han colgado una medalla… Nunca he dejado de ser persona».

Paloma: «He aprendido con el tiempo a tomarme el running con más calma»

Paloma, de 43 años y mami de tres hijos, comenzó a correr de adolescente: «me recuerdo corriendo con mi walkman, mis pantalones de chándal y mi sudadera más vieja, nada de mallas ni de cortavientos chulos como los que hay ahora. Me sentía un poco bicho raro. Sin embargo ahora cada vez somos más mujeres y el nivel no para de crecer, lo cual es genial. Antes alguna vez conseguía hacer algún pódium, ahora la cosa está muy complicada. «He aprendido con el tiempo a tomarme el running con más calma. Si estoy cansada, descanso. Si nadie puede cuidar de mis hijos, mañana será otro día. No pasa nada»

Patri: «Correr es una terapia de buen rollo»

Es otra de las mamis machacas del grupo porque, además de correr, montar en bici, ir al gym… tiene dos hijos y un marido tarado por el triathlon. ¿Que de dónde saca el tiempo?: «Supongo que si algo te gusta y te apasiona siempre hay un ratito dentro de las 24 horas de día. Entrenar con un grupo maravilloso y divertido hace que las tardes de martes y jueves sean diferentes: llueva, haga frío, calor… Siempre estamos ahí… Correr es una terapia de buen rollo, risas y piques en competición que creo que ya no podría vivir sin mis zapas de corredora».

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