Hace unos quinientos años, antes de inventar la refrigeración y comprender el papel desempeñado por las levaduras, los cerveceros bávaros no podían controlar el proceso de fermentación de las cervezas en verano, ni tampoco explicar por qué a menudo ellas se agriaban y conseguían un sabor medicinal.
La experiencia les había demostrado que las cervezas producidas aproximadamente entre octubre y marzo eran perfectas: sabrosas y apetitosas. Hoy sabemos, por supuesto, que en estos meses las temperaturas bajas no permitían que la bacteria sobreviviera e infectara la cerveza.
Con el tiempo, los bávaros han desarrollado una estrategia simple y eficiente para garantizar un suministro constante con cerveza de calidad, durante todo el verano. Las fábricas trabajaban arduamente a fines de invierno para producir cantidades inmensas de una cerveza denominada märzen, llamada así por el mes de marzo (en alemán März).
Las cervezas märzen se guardaban durante el verano en barriles, en bodegas frías o en cuevas excavadas en las montañas, algunas incluso llenas de hielo del invierno anterior. Salían en el mercado gradualmente, a fines de la primavera o principios del verano.
Las condiciones de almacenamiento, casi ideales, las mantenían perfectamente; además, las cervezas maduraban a medida que pasaban los meses de verano. Se hacían realmente buenas solo hacia el final del verano, cuando los lúpulos se suavizaban y los toques de malta se redondeaban y mostraban su verdadera complejidad.
Sin embargo, en octubre, después de cosechar la cebada, las últimas cantidades de cerveza de marzo tenían que consumirse rápidamente, para que los barriles podían recibir la nueva cerveza, la fresca. Por supuesto, nadie quería quitar la cerveza de marzo; la mejor solución era venderla.
El concepto de Oktoberfest
Así apareció el concepto de Oktoberfest y esta es la razón por la cual la cerveza de marzo se llama con mayor frecuencia octoberfestbier (Oktober significa octubre en alemán y fest tiene el sentido de fiesta); esta cerveza se hace en marzo, pero su mayor parte se bebe en octubre.
Como un estilo de cerveza, el Oktoberfest apareció como algo informal, probablemente en algún momento del siglo XV. La fiesta Oktoberfest es mucho más joven, y en las últimas décadas, tanto la cerveza como las vacaciones se han convertido en algo cada vez más formal.
Si bien el Oktoberfestbier se ha convertido en un estilo moderno de cerveza, la fiesta también ha obtenido un estatus oficial. Empezó su vida el 12 de octubre 1810. Aquel día, el príncipe Ludwig, que se convertiría en el rey Ludwig I, se casó con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen.
Para permitir a los invitados disfrutar de la ceremonia, la pareja decidió organizar, en un prado a las puertas de la ciudad, una gran celebración de bodas; participaron unos 40.000 bávaros felices.
La pradera de la princesa Tereza
Esa pradera se llamaba Theresienwiese («pradera de Tereza»), en honor de la princesa. Ludwig estaba – por supuesto – muy enamorado, razón por la que repetiría la fiesta todos los años. Hasta el día de hoy, Theresienwiese (ahora llamado solo Wies’n) se ha mantenido como el lugar tradicional de la Oktoberfest.
Curiosamente, la atracción más popular en aquel primer Oktoberfest, el de 1810, fue la carrera de caballos y no la cerveza, por la sencilla razón de que esta última no estaba presente.
No fue hasta 1814 que el festival ofreció una amplia gama de cervezas, y finalmente la carrera de caballos quedó eliminada del programa. En cambio, aumentó no solo la cantidad, sino también la importancia de la cerveza.
Siete millones y medio de litros de cerveza
Hoy en día, la Oktoberfest dura más de dos semanas, tiempo durante el cual el antiguo prado de la princesa Tereza se cubre con más de una docena de enormes tiendas-cervecerías.
Aquí, en el ensordecedor sonido de la música bávara, unos 6.300.000 lugareños y turistas sedientos (la mayoría de Estados Unidos, Reino Unido, Austria y Suiza) se toman alrededor de 7,5 millones de litros de cerveza, acompañándola de 59.000 chuletas de cerdo, 600.000 salchichas y 510.000 pollos. Los participantes son atendidos por 8.000 empleados permanentes asistidos por otros 5.000 empleados temporales.
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