A una casa del madrileño Barrio de Las Letras llegaba un equipo de Telemadrid para entrevistar a Cervantes, Príncipe de los Ingenios, que esperaba paciente y sorprendido la charla con una televisión.»Me sorprende que quieran hablar conmigo y no con mi vecino Lope de Vega», decía Cervantes con lengua viperina, avivando el pique con el autor madrileño del que asegura sus comedias son «espejo de disparates y necedades son bien recibidos para entretenimiento de los ociosos».
Primera pregunta obligada sobre como se encuentra un escritor del siglo de Oro a la ciudad donde vivió ahora en el siglo XXI. «Una ciudad a la diabla, una red de callejuelas… de vaganbudeo y delincuencia, un mundo parásito que vive la mitad del año del arte y el engaño y la otra mitad del engaño y del arte» explicaba Cervantes en perfecto castellano de su época.
Después, un recorrido por las ciudades españolas que lo vieron nacer, crecer y escribir. A unas les guarda mejor recuerdo que a otras. «De todo lo que mi memoria alcanza, después de mi nacimiento en Alcalá de Henares, a la letra cogí gusto en Córdoba, Madrid fue mi Universidad de virtudes y de vicios, Valladolid de la penuria y la desventura en Sevilla, y otros lugares que no quiero recordar ahora».
La batalla de Lepanto
«La más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes y verán los venideros» repitió Cervantes lo que ya dijera a finales del siglo XVI sobre la estéril batalla de Lepanto. Hecho del que poco se arrepiente, es más se siente tan orgulloso que no le importa haber perdido la movilidad en una mano. «Quisera antes haberme hallado en aquella acción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado en ella», sentenciaba el autor complutense.
Sobre su cautiverio e intentos de fuga de Argel cuenta con pena y alegría su esclavitud y libertad. «Y regresaba a Madrid para un examen de capitán cuando fui apresado y cautivo en Argel. Por la libertad se puede y debe aventurar la vida, la esclavitud es el mayor mal que puede venir a los hombres. 500 escudos pagó Fray Juan Gil como monto del rescate» aseguraba Cervantes.
Y es que el Príncipe de los Ingenios nunca fue hombre bienaventurado pues como bien asegura «dos linajes hay en este mundo, el de tener y el de no tener. A mi me tocó el segundo».
Las letras fueron su opción cuando ya no podía empuñar la espada y es que Cervantes «siempre había oscilado mis impulsos entre las dos metas que se ofrecen a un hombre de mi clase, las armas y las letras. Pero el año que es abundante de poesía suele serlo de hambre, soy del parecer que oficio que no da de comer a su dueño no vale dos habas».
Oscuro pasado
Sobre sus cautiverios, que no siempre fueron por soldado, y las infidelidades a su esposa, Catalina de Salazar y Palacios, Cervantes se defiende como hacen los políticos del siglo XXI, o negando la mayor o justificando sus actos como acciones que a nadie atañen.
«Hubo una hija con la hija del tabernero de la calle Tudescos pero los asuntos de dos solo a ambos conciernen. Que cada uno mire en su propia casa y dios en la de todos» sentenciaba sobre su infidelidad a Catalina.
Antes de eso pasaría una temporada en una prisión sevillana acusado de apropiarse de unos dineros. «Bien sabe Dios que fui engañado en mi alforja ninguno de aquellos 60.000 ducados se quedó» asegura El Príncipe de los Ingenios.
El Quijote
Sorprendido se mostró Cervantes que en el siglo fueran las aventuras del ingenioso hidalgo su obra más reconocida y preguntaba al periodista «¿Es esa la obra mía que queda como principal?» para luego decir que «El Quijote fue una obra que me permitió escribir otras muchas, diome más fama que dinero incluso fuera de nuestras fronteras».
Para terminar, Don Miguel de Cervantes dio a los espectadores unos consejos del siglo de Oro que bien valen para estos días. «El que lle mucho y viaja mucho, ve mucho y sabe mucho…. Y no hay memoria que el tiempo no acabe ni dolor que la muerte no consuma».
El actor Javier Blasco, presidente de la Asociación de Teatro Independiente Alcalaíno, hizo una magnífica recreación del personaje para Telemadrid y quiso tener, para terminar, un guiño con el premio Cervantes 2015, «Con razón le han dado el premio con mi nombre a este Fernando del Paso».
Continuando con el compromiso de difundir la figura y obra de Miguel de Cervantes, Teatro Independiente Alcalaíno (TIA) también ha colaborado con la representación de una escena de El Viejo Celoso, entremés de Cervantes en su sección cultural Especial Cervantes/Shakespeare, especialmente grabada para el periódico El Mundo y que puedes ver aquí (debes pinchar en el primer cartel, El Viejo Celoso).
Más información
Teatro Independiente Alcalaíno
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