Ahora que tan mala prensa tienen los virus, ¿hay alguno beneficioso para el ser humano?
Se puede considerar que los virus son “intrínsicamente malos” pues son parásitos intracelulares obligatorios, ya que para poder reproducirse necesitan infectar una célula a la cual alteran, dañan, transforman y/o destruyen. Sin embargo, se puede afirmar que los seres humanos no existiríamos o no seríamos tal como somos si no fuera por la existencia de los virus.
A lo largo del proceso evolutivo los virus y los seres humanos han convivido estrechamente, como consecuencia de ello se han intercambiado información genética, de modo tal que alrededor de un 9% de nuestro genoma actual es de origen vírico. Entre otros genes de origen viral tenemos el gen que codifica para la producción de la “sincitina”, proteína fundamental para la implantación de la placenta en el útero, sin cuyo concurso el embarazo no sería viable y los seres humanos acabaríamos extinguiéndonos. Además, desde el principio de nuestra existencia, los virus han supuesto un factor de presión evolutiva que ha ido configurando al ser humano actual.
La cantidad de virus que todos y cada uno de nosotros llevamos encima, el viroma humano, es enorme. Se calcula que es de alrededor 380 billones de viriones (unidad estructural de los virus), mayoritariamente son virus de bacterias. Esta ingente cantidad de virus es beneficiosa ya que, entre otras funciones, controla la población bacteriana en nuestro intestino impidiendo que su crecimiento masivo nos produzca serios problemas, se considera que de no ser por los virus padeceríamos continuamente de diarreas.
Independientemente de su acción directa sobre el ser humano, los virus son los seres más abundantes en la naturaleza, se cifra su número en 1031 viriones. Se estima que existen varios millones de tipos de virus distintos. Están presentes en todos los ecosistemas, especialmente en el medio acuático donde juegan un papel fundamental en el control del crecimiento indiscriminado de bacterias y algas, impidiendo que las aguas se conviertan en una densa sopa de microorganismos. Algunos autores han calculado que los virus liberan 145 gigatoneladas de carbono al año en los océanos proveniente de la lisis bacteriana, contribuyendo de una manera muy importante, no solo al mantenimiento de la cadena trófica, sino también al buen funcionamiento del ciclo del carbono y de otros elementos.
Los virus son, pues, indispensables para el mantenimiento del equilibrio medioambiental: juegan un papel esencial en el desarrollo de los ciclos biogeoquímicos sobre todo en el ciclo del carbono, participan activamente en el intercambio de material genético entre diversos seres lo que tiene una gran importancia en el mantenimiento de la biodiversidad de los seres vivos, limitan la proliferación excesiva de algunas especies que pueda conducir a un desequilibrio del ecosistema…
En general se puede decir que los virus tienen un impacto muy importante y positivo en nuestro planeta, siendo fundamentales en el mantenimiento de la vida, hasta tal punto que algunos virólogos afirman que, si en algún momento lográramos acabar con todos los virus, a los dos días la vida desaparecería del planeta tierra.
¿En qué momento de la historia de la virología estamos? ¿ocurrirá lo mismo que con las bacterias que al principio solo se conocían las dañinas?
Por su naturaleza no es fácil trabajar con virus, de hecho, hasta mediados los años 30 del siglo pasado no se pudieron visualizar dado su pequeño tamaño, alrededor de unos 100 nanómetros por término medio (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro).
Se conocían sus efectos nocivos sobre diversos seres y en particular sobre el ser humano al que produce enfermedades tales como la viruela, rabia, poliomielitis, sarampión, gripe, SIDA, hepatitis, herpes, rubeola, fiebres hemorrágicas diversas…que han producido miles de millones de muertos a lo largo de la historia.
Desde luego, la Virología ha evolucionado mucho hoy día, ya no solo se está estudiando el papel de los virus como patógenos, si no que se está logrando utilizar a los virus de forma tal que puedan aportar ventajas y beneficios al ser humano, al igual que se logró hacer recientemente con las bacterias y en su día con las plantas y los animales ya que desde tiempos inmemoriales el ser humano ha sido agricultor y ganadero.
Aparte de otros aspectos positivos y beneficiosos, la tecnología actual permite utilizar a los virus como herramientas muy útiles en trabajos de ingeniería genética, que están ayudando a resolver algunos problemas muy importantes que tiene planteados la humanidad.
Hay virus que pueden ser aliados contra las superbacterias que no responden a antibióticos, ¿qué virus son y cómo funcionan? ¿para qué enfermedades pueden ser útiles?
Uno de los grandes problemas sanitarios que tiene hoy día planteados la humanidad es el de la resistencia de muchas bacterias a los antibióticos conocidos. Problema que, aunque de momento está enmascarado por la pandemia de COVID-19 que estamos sufriendo, ha sido calificado, quizás un tanto exageradamente, como “la pandemia del siglo XXI”.
Se estima que alrededor de 1,5 millones de personas mueren anualmente debido a este problema y se calcula que, de no tomar medidas adecuadas, en unos años la cifra alcanzará la cantidad de 10 millones de fallecimientos anuales.
Con el fin de atajar el problema se están tomando ya algunas medidas, entre otras la de volver a utilizar una antigua tecnología, la “fagoterapia”, que se abandonó al comienzo de los años 40 del siglo pasado, precisamente por la llegada de los antibióticos.
Al final de los años 10 del siglo pasado el científico franco-canadiense Felix d´Herelle descubrió los virus que afectan a las bacterias. Debido a que los virus bacterianos lisan, destruyen, las bacterias los denominó “bacteriófagos” (comedores de bacterias) si bien hoy día se les conoce simplemente como “fagos”.
En esa época ya se conocía que muchas enfermedades son producidas por bacterias patógenas, pero no había prácticamente ningún remedio adecuado para curarlas. Se utilizaba el Salvarsan, y algunos otros compuestos arsenicales, con el fin de controlar algunas enfermedades infecciosas, pero con poco éxito y con serios problemas de efectos secundarios nocivos. d´Herelle pensó que podía utilizar esta capacidad de destrucción de las bacterias por los fagos para curar algunas enfermedades. Así lo hizo, logrando controlar exitosamente epidemias de cólera y de disentería bacilar, dando lugar a la “fagoterapia” que se aplicó con bastante buena acogida en los años 20 y 30 del pasado siglo con el fin de controlar diversas afecciones producidas por bacterias infecciosas, pero que en los 40 fue desplazada por la “antibioterapia” al menos en los países occidentales, si bien en algunos otros países, sobre todo, de la extinta URSS se siguió utilizando.
La “fagoterapia” es bastante específica y sin apenas efectos secundarios. Hay que tener en cuenta la característica de los virus de afectar solo a un determinado grupo de seres. De forma tal que los virus de bacterias solo afectan a las bacterias, los de plantas a las plantas y los de animales a animales. Dentro de cada uno de estos grupos los virus suelen ser específicos para una determinada especie, aunque puede haber virus que afecten a varias, como estamos viendo con el SARS-CoV-2, pero siempre dentro del mismo grupo de seres.
La susceptibilidad de una determinada bacteria a un fago no tiene nada que ver con su sensibilidad a la acción de los antibióticos, por ello hoy día se está logrando el control de “superbacterias resistentes a los antibióticos” utilizando el tratamiento con el fago adecuado. En principio, cualquier bacteria, infecciosa o no, puede ser susceptible a la acción lítica de uno o varios fagos. Además, sabemos manipular genéticamente a los fagos para hacerlos más eficaces.
La “fagoterapia” ha vuelto con fuerza en el ámbito de la sanidad occidental. Se están estudiando nuevas fórmulas y medidas legales para lograr un uso seguro y eficaz de esta “antigua tecnología” que, bien sola o asociada al uso adecuado de los antibióticos, puede ayudar a resolver serios problemas debidos a infecciones bacterianas, teniendo en cuenta además su nula influencia en aspectos medio-ambientales.
¿En qué otros casos los virus pueden ser beneficiosos?
El conocimiento acumulado sobre la estructura, genética, mecanismo de replicación y manejo de los virus está permitiendo su utilización con el fin de lograr beneficios muy interesantes para el ser humano.
Algunos virus se pueden utilizar como insecticidas muy eficaces y específicos para especies concretas de insectos. Son muy seguros ya que no afectan a las plantas sobre las que se aplican, no son patógenos o dañinos para otros seres, animales o vegetales y no producen efectos nocivos sobre el medio ambiente.
Una derivada de la “fagoterapia” es el uso de “cócteles de fagos” para administrar a los animales de granjas, logrando así controlar las bacterias patógenas más comunes en cada caso, mejorando la salud de los animales. Además, su utilización evita el uso masivo de antibióticos en la industria alimentaria que tantos problemas está creando.
La industria alimentaria, además, está muy interesada en el uso adecuado de fagos para controlar las principales bacterias patógenas que son transmitidas por los alimentos, así como para controlar a las bacterias que pueden causar alteraciones durante la producción, almacenamiento y distribución de los alimentos.
En medicina cada vez está más avanzado el uso de virus para combatir el cáncer. La “viroterapia oncolítica” utiliza diversos virus modificados genéticamente para que infecten y destruyan únicamente a las células tumorales sin afectar a las sanas. Se ha visto, además, que la destrucción vírica de las células tumorales, al provocar su lisis y vertido del contenido celular en el cuerpo del enfermo, activa al sistema inmune con el fin de lograr un efecto más positivo.
Se están utilizando diversos virus con el fin de tratar alguna enfermedad hereditaria en la que el enfermo carece de algún gen esencial. Mediante “la viroterapia génica” se pretende, y se ha logrado en algunos casos, utilizar diversos virus para trasportar e insertar algún gen en células que o bien carecen de él o lo tienen dañado
Estamos viviendo el uso masivo de virus en la producción de vacunas. Varias de las vacunas empleadas para controlar el COVID-19 se basan en el uso de diversos virus como agentes portadores de los antígenos, o de los precursores de los antígenos adecuados, para lograr la inmunidad de las personas. Existen vacunas para otras enfermedades que también utilizan esta tecnología viral.
Desde un punto de vista antropocéntrico hay muchos otros aspectos en los que los virus pueden ayudar a mejorar nuestra existencia, sin olvidar que algunos pocos virus son patógenos para el ser humano y nos están causando serios problemas.
En general no se puede decir que existan “virus buenos” o “virus malos”, si no constatar que los virus son los seres más abundantes, ubicuos y diversos de nuestro planeta, en el que juegan un papel esencial en el mantenimiento del equilibrio ecológico.
Más noticias de la Universidad de Alcalá
Sigue disfrutando de Dream Alcalá:
- Telegram: Recibe nuestras noticias y contenido exclusivo.
- Notificaciones: Da de alta o de baja las notificaciones en tu navegador.
- Newsletter: Recibe cada tarde un correo con nuestras últimas noticias.
- YouTube: Suscríbete para ver nuestros mejores vídeos.
Sé tú el periodista: envíanos tus fotos o noticias a través de Telegram.