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Fusilamiento de José María Torrijos, el general de Alcalá que luchó por la Constitución de 1812


La Academia del Arma de Ingenieros fue fundada en 1803 en Alcalá de Henares en el convento de San Basilio del número 9 de la calle Colegios (frente a la Ermita de los Doctrinos) de Alcalá de Henares. Más adelante, esta centenaria Academia Militar pasaría por distintos destinos hasta llegar a su ubicación actual entre Hoyo de Manzanares y Colmenar Viejo.

En los albores del siglo XIX, un joven de 13 años ingresaba en la Academia del Arma de Ingenieros de Alcalá de Henares, un año después de su fundación, para empezar su exitosa (y breve) carrera militar. Se trataba de José María Torrijos, el tercero de los cuatro hijos de una familia adinerada al servicio de la monarquía española que ostentaba Carlos IV, del que Torrijos era paje.

El 2 de mayo de 1808, con 17 años, fue en ayuda de los capitanes Daoiz y Velarde atrincherados en el cuartel de Monteleón de Madrid. Su cometido, negociar con el general ‘gabacho’ Gobert para la liberación de los españoles. Estalló la sublevación popular en Madrid y Torrijos fue apresado y salvado del fusilamiento por un ayudante del Mariscal Murar, más adelante no correría tanta suerte.

Sin embargo, muchas heroicidades le quedaban por hacer a este militar formado en Alcalá de Henares. Guerreó contra los franceses en Valencia, Murcia, Cataluña y Vitoria siempre en primera línea de fuego. Volvió a ser apresado, se volvió a escapar y siguió peleando. En 1810 (con 19 años) ya era Teniente Coronel.

Un general de 23 años

Una vez finalizada la guerra y con la vuelta del absolutismo de Fernando VII, Torrijos ya era general y gobernador militar en Levante (Murcia y Alicante). Pero aquel joven de apenas 23 años nunca estuvo a favor del ‘Deseado’ (apelativo de aquel negro monarca para la historia de España) y sí de la vuelta a la Constitución de Cádiz de 1812.

El pronunciamiento de Riego lo sacó de la cárcel y en 1823 luchó en contra de los Cien Mil Hijos de San Luis de la Santa Alianza. Fue, junto a Espoz y Mina, el último militar que resistió. Logró la pensión y la retirada con honores de los vencidos en su exilió además de evitar cualquier fusilamiento. Tuvo que marchar a Inglaterra.

Pudo quedarse en la pérfida Albión, que entonces no lo era tanto, pero decidió volver para derrocar al Rey absolutista.

El pronunciamiento de Torrijos

La historia de España conoce este capítulo como el pronunciamiento de Torrijos. Un nuevo fallido intento de golpe de estado para reestablecer la Constitución de Cádiz.

La idea era desembarcar en Málaga pero, si bien fue persuadido para no hacerlo en aquellas costas si no contaba con una fuerza superior en número y fuego, cayó en la trampa de quienes decían ser sus aliados, siendo en realidad súbditos reales.

Sin saber en realidad cómo sus tramposos enemigos (se dice que el cabecilla era su antiguo compañero de armas Salvador González Moreno de apodo Viriato) lograron conocer todos los movimientos de Torrijos, uno de los grandes estrategas militares de todos los tiempos, lograron hacerle embarcar hacia Málaga un 30 de noviembre de 1831 desde Gibraltar.

Los fusilamientos de Málaga

Días después, el 2 de diciembre, sus dos naves con apenas 50 hombres, fueron encañonadas por el guardacostas real ‘Neptuno’. Torrijos y los suyos se vieron obligados a bajar a tierra y poner destino a pie a Mijas. Antes de llegar fueron rodeados y se refugiaron en una alquería de Alhaurín de la Torre donde pidieron parlamento, se dice que su intención no era -en principio- guerrear entre españoles, sino pronunciarse para buscar un levantamiento civil liberal, curioso eufemismo que cuentan los libros de historia.

Tras varias treguas de apenas horas, esperando unos refuerzos que Viriato aseguró que llegarían pero que nunca existieron, no tuvieron otra opción que rendirse para ser enviados al Convento de los Carmelitas Descalzos de San Andrés.

En la mañana del 11 de diciembre de 1831, Torrijos y su medio centenar de compañeros fueron fusilados sin juicio previo en la playa malagueña de San Andrés. El valiente general formado en Alcalá de Henares, falleció ante un pelotón que acabó con su vida pero dio origen a su leyenda.

Referencias

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