- Texto cedido por la Fundación Antezana
Don Luis de Antezana y doña Isabel de Guzmán vivieron en el siglo XV en la entones villa arzobispal de Alcalá de Henares. Ambos pertenecían a la nobleza urbana de la época. Don Luis, caballero doncel del rey, era amigo personal del arzobispo Carrillo de Acuña; doña Isabel, pertenecía a la ilustre familia de los Guzmanes. Parece ser que Luis de Antezana participó de manera activa en la política de la época, colaborando en la proclamación de Isabel como reina de Castilla.
Aunque lo más importante, y por lo que han pasado a la historia, no es lo que hicieron en vida, sino su voluntad de dejar tras su muerte parte de su riqueza a una fundación que se ocupara de los más necesitados.
18 de octubre de 1483
En su testamento, fechado en Alcalá de Henares el 18 de octubre de 1483, donaron gran parte de su fortuna para la creación de una casa de acogida de enfermos, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Misericordia, casa de acogida hospital de caridad que, regido por una cofradía de caballeros, ha sobrevivido más de cinco siglos, considerándose el más antiguo de Europa en funcionamiento. Ambos se encuentran enterrados en la iglesia del antiguo hospital.
En Alcalá existieron otras casas de beneficiencia, como el Hospital de Santa María la Rica, que funcionaba desde 1312. Luego se crearía el de San Julián y, más tarde, los instituidos por el cardenal Cisneros: el de San Lucas, para estudiantes, y el de mujeres pobres.
La fundación de Antezana fue más humilde y sencilla y desde sus primeras constituciones sólo atendió a doce enfermos, de forma física y espiritual, siendo su reducido número de camas el motivo por el que se le apodó cariñosamente con el nombre de “el hospitalillo”.
El Padre de Miguel de Cervantes y San Ignacio de Loyola
La tradición dice que en él trabajó Rodrigo de Cervantes, padre del autor de la obra cumbre de la literatura universal. No existe documentación sobre esta circunstancia, aunque el oficio de Rodrigo, cirujano sangrador, y la cercanía de la vivienda de la familia Cervantes hace pensar que pudo colaborar de alguna manera con la Fundación Antezana.
Hay total seguridad en cambio de la relación entre Ignacio de Loyola y el Hospital de Antezana. Ignacio estudió en la Universidad de Alcalá de Henares entre 1526 y 1527. Residió primero en el antiguo hospital de Santa María la Rica y más tarde en nuestro Hospital de Antezana. Se conserva la cocina que usó como cocinero y el hueco de su habitación, ocupado en gran parte desde el siglo XVII por la cúpula de la capilla dedicada a él en la iglesia del hospital.
El edificio del ‘Hospitalillo’
La construcción posee una fachada retocada en 1904 en estilo neogótico, de la que sobresale un gran alero mudéjar. La iglesia, de claro gusto barroco (siglo XVII y reformada en 1800), posee una cúpula encamonada y una bóveda de cañón que tapa el artesonado mudéjar original. De entre los lienzos de la capilla destacan un San Juan Bautista y un San José con el Niño, obras de Herrera Barnuevo.
Dos cuadros representan a San Ignacio: uno de Pedro Valpuesta, fechado en 1658, y otro de Diego González de la Vega, de 1669, en lo que fue antigua habitación del santo, hoy capilla dedicada en su honor.
Del conjunto de obras de arte que se sitúan en el templo, destaca la talla de Nuestra Señora de la Misericordia, obra con toda probabilidad del taller de Martínez Montañés (siglo XVII). Está policromada de manera magistral, hasta el punto de no haber sufrido prácticamente retoques en los casi cuatro siglos que han pasado por ella.
Más información: fundacionantezana.es
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