La Lección Magistral Andrés Laguna distingue anualmente como maestro a una personalidad relevante por sus aportaciones humanísticas, científicas y médicas. En este caso, Diego Gracia Guillén, el introductor de la bioética en nuestro país ha pronunciado el discurso «El desarrollo sostenible: de Andrés Laguna a la COVID-19» en el que insta a la sociedad a escuchar a la naturaleza.
José Vicente Saz, rector de la Universidad de Alcalá que ha presidido esta IX Lección, ha apuntado que el maestro Gracia Guillén «coincide con Laguna en su intensa inquietud intelectual, gran lucidez, y enorme capacidad de trabajo y esfuerzo. Todo ello le ha permitido alcanzar la excelencia en numerosas materias, además de la Bioética, como la Psiquiatría, Psicología Clínica, Historia de la Medicina, o la Filosofía, entre otras, y le ha valido numerosos reconocimientos dentro y fuera de nuestras fronteras, como el que le brindamos hoy aquí» y ha añadido que «ha sabido echar mano, como en su día haría Laguna, de su carácter innovador para avanzar en sus investigaciones, creando su propio método de deliberación, que se ciñe al ámbito de la racionalidad y corresponde a la denominada ética de la responsabilidad».
Asimismo, han participado en este acto el presidente de la Fundación Lilly, Nabil Daoud, y el director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristán, quien ha destacado que «las aportaciones de gran relevancia al pensamiento crítico de la sociedad, hoy desde instituciones como la Fundación Xavier Zubiri, hacen merecedor al profesor Diego Gracia de esta distinción como maestro de la Lección Magistral. Sin duda, su pasión por la filosofía y por la medicina se ha visto reflejada en un compromiso con el conocimiento científico desde una visión humanista y con su difusión a través de la docencia en España y Latinoamérica».
Sobre la Lección Magistral Andrés Laguna
La Lección Magistral Andrés Laguna se realiza cada 18 de octubre en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, fecha que conmemora a San Lucas, patrón de los médicos. En esta fecha, la Universidad de Alcalá celebra los más de cinco siglos de historia transcurridos desde que en esa fecha de 1508 se impartieran en sus aulas las primeras clases. Los orígenes de esta Universidad son aún más antiguos y se remontan a un Estudio General creado el 20 de mayo de 1293 por orden de Sancho IV de Castilla. En las ediciones anteriores merecieron la distinción de Maestro Andrés Laguna el profesor Andrés Moya, el profesor Germán E. Berríos, el profesor Manuel Serrano Ríos, el profesor Francisco Ayala, el profesor Antonio García, el profesor Carlos Belmonte, el profesor Jesús San Miguel y Sir Salvador Moncada.
“Los seres humanos debemos tener un mayor respeto por la naturaleza”
Considerar al ser humano abstraído de su medio, que es el mundo, resulta un sueño irreal y peligroso, además de falso». Bajo esta premisa, el profesor Diego Gracia Guillén, maestro de la IX Lección Magistral Andrés Laguna de la Universidad de Alcalá y la Fundación Lilly, sugiere a la sociedad tener un mayor respeto por la naturaleza. Y es que, desde el punto de vista ético, si no lo hacemos, «tampoco estaremos respetando a los seres humanos».
Asimismo, durante su discurso «El desarrollo sostenible: de Andrés Laguna a la COVID-19», ha recordado que la obra de Andrés Laguna puede ser útil en la situación actualporque «lo que estamos viviendo es consecuencia de la depredación del medio natural y del medioambiente por parte del hombre».
«Desde comienzos del siglo XIX, el ser humano ha considerado que todo está a su servicio y puede hacer con la naturaleza lo que le dé la gana. Desde el punto de vista filosófico y ético este planteamiento no es correcto», advierte el profesor Diego Gracia Guillén, especialista en psiquiatría, introductor de la bioética en nuestro país, catedrático de Historia de la Medicina, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, entre otros cargos. El maestro de la IX edición de la Lección Magistral ha puesto el acento en la necesidad de educar a la población en cultura humanística para «poder corregir estos errores». En este sentido, el Libro Blanco Desafíos Científicos CSIC 2030 apunta ala «sociedad global sostenible» como una de las 14 temáticas estratégicas por su impacto científico e importancia social.
Utilizando los términos que usaba Andrés Laguna, para quien la salud consistía en «la armonía, equilibrio entre los distintos elementos que componen el cuerpo humano y de este con su medio externo», la pandemia actual se debe a un «desequilibrio, que no es el único», subraya el profesor Gracia. La deforestación de los bosques, la contaminación de los mares o el aumento de la temperatura del planeta son otros ejemplos de desequilibrio «que tienen mucho que ver no solo con la vida de los seres humanos, sino con la vida de los microorganismos».
Por eso, señala que «si salimos de esta crisis con la mentalidad de que podemos volver al modelo anterior de relación con la naturaleza, vendrán otras, y probablemente más profundas». En su opinión, la pandemia es una demostración de que tenemos que cambiar y la sociedad debe escuchar.
Excesiva confianza en la tecnología «Nuestra cultura lo cifra todo en la tecnología y en la idea de que, si hay una crisis, gracias a la tecnología la superemos en cierto tiempo, pero eso no es seguro», previene el profesor Diego Gracia, al tiempo que recuerda que «la tecnología es ambivalente. Desde la revolución industrial las cosas no han hecho más que complicarse. El desarrollo científico-técnico ha servido para curar más que nunca antes, pero también para matar en una cuantía sin precedentes, así como para deteriorar el medio ambiente». Según explica el catedrático de Historia de la Medicina, «tiende a pensarse que esto de las epidemias por microorganismos patógenos ha debido darse siempre en nuestra historia, y no es así».
En este sentido, durante la conferencia, ha expuesto que durante la mayor parte de la historia de la humanidad no ha habido enfermedades epidémicas, sino que estas comenzaron en la revolución neolítica, hace unos 14000 años, cuando los seres humanos pasaron a ser sedentarios, vivir en poblados, con animales domesticados… de forma que se cerró el ciclo biológico típico de las enfermedades epidémicas. Por todo ello, partiendo de que todos los actos del ser humano tienen repercusión, presente y futura, sobre el medio, insta a la sociedad a formarse para poder operar responsablemente cuando actúa con la naturaleza. «Debemos tratar a la naturaleza con sumo respeto», insiste, a la vez que llama a la reflexión.
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