La aljama o lugar de residencia y trabajo de la Alcalá judía se situó entre las calles de Santiago y Escritorios, y su eje principal era la calle Mayor. A ella iban a parar numerosos adarves o callejuelas con acceso a patios de vecindad.
La calle Mayor de Alcalá de Henares hoy en día es un bullicioso lugar lleno de tiendas y actividad turística, comercial y vecinal, pero no pienses que tanta actividad es cosa reciente. Ya en la edad media concentraba una gran actividad comercial regentada en su mayoría por familias judías. Estas familias vivían en la primera planta de los edificios y tenían su tienda en la planta baja. Y ese es precisamente el porqué de sus soportales, permitir la venta de productos también en los días de lluvia, sin riesgo de que ni ellos ni sus clientes se mojasen y pudiesen continuar ejerciendo su actividad. Haz clic aquí si quieres saber más sobre la calle Mayor de Alcalá.
Hacia el año 1474, la judería de la ciudad llegó a contar con unas 111 familias. De entre los judíos de Alcalá destacaron hombres como el escritor Menahem Ben Zerah (1368), Abravanel (siglos XIV – XV), Aben-Xuxen (siglo XV) o Alfonso de Alcalá, lingüista que participó en la realización de la Biblia Políglota Complutense.
Un paseo por la Alcalá judía
Hoy en día sigue siendo posible realizar un recorrido por algunos de los elementos más representativos de lo que constituyó el Barrio Judío de Alcalá de Henares:
La Sinagoga Mayor de Alcalá se situó en lo que hoy se conoce como Corral de la Sinagoga, con salida hacia el nº 10 de la calle del Carmen Calzado. Puedes visitarla muy fácilmente, pues solo tienes que atravesar el pequeño callejón que verás justo enfrente del Museo Casa Natal de Cervantes.
También hubo una Sinagoga Menor, que estuvo emplazada entre los números 18 y 22 de la calle de Santiago, junto al colegio-convento de Santa María Egipcíaca, convertido hoy en el restaurante La Cúpula. Por desgracia tampoco se conserva ningún resto visible de la misma.
Las carnicerías de los judíos se situaban entre la calle Mayor y la de Santiago. Su existencia estuvo ligada a las normas sobre consumo de carne impuestas por el judaísmo, como refleja este cartel.
Las tiendas y casas de la Alcalá judía estaban en la calle Mayor, junto a la plaza de los Santos Niños (zona de la antigua plaza de la Picota). La lista de oficios de tipo artesanal o comercial a los que se dedicaron los judíos es muy amplia: prestamistas, plateros, encuadernadores, latoneros, tejedores, carniceros, etc.
También existió en la muralla de la Alcalá judía, según queda atestiguado por documentos de los siglos XV y XVI, un postigo o puerta de los judíos, situado cerca de la calle del tinte, antes de llegar a la plaza de Atilano Casado.
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