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La calle Doctora de Alcalá: homenaje a una pionera en desafiar las barreras de género en la España del siglo XVIII


María Isidra de Guzmán y de la Cerda, conocida como la «Doctora de Alcalá», fue la primera mujer en obtener un doctorado en España y un símbolo de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

Aunque por motivos muy distintos, su figura ha quedado unida para siempre a la de Francisca de Pedraza, como ejemplos de mujeres alcalaínas que lucharon ya hace siglos por conseguir la igualdad con los hombres.

María Isidra de Guzmán, una mujer adelantada a su tiempo

María Isidra de Guzmán y de la Cerda nació en Madrid, el 31 de octubre de 1767. Hija de don Diego de Guzmán y Ladrón de Guevara, marqués de Montealegre y conde de Oñate, y de doña María Isidora de la Cerda, condesa de Paredes. Desde joven, mostró una extraordinaria capacidad intelectual y un profundo interés por las letras y las ciencias. En una época en la que las mujeres tenían vetado el acceso a la educación superior, María Isidra rompió moldes al convertirse en la primera mujer en obtener un doctorado en España.

En 1785, a los 18 años, se doctoró en Filosofía y Letras por la Universidad de Alcalá, una institución que, hasta entonces, había estado reservada exclusivamente a los hombres. Este hecho no solo fue un logro personal, sino un hito histórico que abrió las puertas a otras mujeres para seguir sus pasos. Su tesis doctoral, titulada «Disertación sobre la educación de las mujeres», defendía la importancia de la educación femenina y criticaba las limitaciones impuestas a las mujeres en el ámbito académico.

Desde la Universidad de Alcalá afirman que María Isidra es un caso único, «no solo por lo insólito de su doctorado en pleno siglo XVIII, sino también porque todo apunta a que se trata de una mente superdotada, aunque oscurecida por las trabas y prejuicios sociales de la época en que nació, así como por la poca justicia que después le han hecho la investigación y la historia, al igual que ha sucedido con tantas otras mujeres inteligentes, cultas y comprometidas».

Un símbolo de la lucha por la igualdad

María Isidra no solo destacó por su brillantez académica, sino también por nadar a contracorriente contra la sociedad de la época. En un mundo dominado por hombres, su figura se convirtió en un referente para las mujeres que aspiraban a acceder al conocimiento y a participar en la vida intelectual y científica.

Su ingreso en la Real Academia Española en 1784, como miembro honorario, fue otro paso significativo en su carrera. Aunque su participación en la institución fue simbólica y no tuvo derecho a voto, su presencia en la RAE fue un gesto revolucionario que cuestionó las normas establecidas y sentó un precedente para futuras generaciones de mujeres.

María Isidra también utilizó su posición para defender la educación de las mujeres. En sus escritos y discursos, argumentaba que la falta de acceso a la educación limitaba el potencial de las mujeres y perpetuaba su dependencia de los hombres. Sus ideas, aunque avanzadas para su época, sentaron las bases del movimiento feminista en España.

Retrato de la aristócrata española María Isidra de Guzmán y de la Cerda (1768-1803), la primera mujer que ostentó en España el título de doctor y la dignidad de académica de la Real Academia Española.

Premio de Investigación María Isidra de Guzmán

Desde 1992, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares convoca bianualmente el Premio de Investigación María Isidra de Guzmán, en conmemoración del día (6 de junio de 1785) en que una mujer consiguió por primera vez un doctorado en España. Su objetivo es apoyar y difundir los estudios científicos sobre las mujeres, realizados por investigadores universitarios. La última convocatoria se produjo en 2024.

Además, Alcalá reconoce el legado de María Isidra de Guzman dando nombre a un colegio («CEIP Doctora de Alcalá»); un instituto («IES María Isidra de Guzmán»); un aulario (Facultad de Documentación de la «Universidad de Alcalá», también conocido como Aulario María de Guzmán) y la sala María Isidra de Guzmán situada en el Colegio Mayor de San Ildefonso, sede del rectorado; un centro de salud («CS María de Guzmán») y como indicamos, la calle («Doctora de Alcalá») que transcurre junto a la Ermita de San Isidro.

El legado de la Doctora de Alcalá en la ciudad

La calle Doctora de Alcalá es un tributo permanente a esta figura histórica. Para los vecinos de Alcalá de Henares, es un recordatorio del papel crucial que María Isidra desempeñó en la lucha por la igualdad y el acceso a la educación.

En una ciudad tan ligada a la cultura y el conocimiento como Alcalá, la figura de la Doctora de Alcalá adquiere un significado especial. Su historia inspira a las generaciones actuales y futuras, recordándoles la importancia de la igualdad de oportunidades y el valor de la educación como herramienta de transformación social.

Relevancia en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres

La vida y obra de María Isidra de Guzmán son un testimonio de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en una época en la que las mujeres carecían de derechos básicos. Su logro académico no solo fue un acto de superación personal, sino también un desafío directo a las estructuras patriarcales que relegaban a las mujeres al ámbito doméstico.

Su tesis doctoral, en la que defendía la educación femenina, fue una de las primeras voces que cuestionaron la exclusión de las mujeres del sistema educativo. Aunque sus ideas no tuvieron un impacto inmediato en la sociedad de su tiempo, sentaron las bases para futuras reivindicaciones feministas.

Además, su ingreso en la Real Academia Española, aunque simbólico, fue un acto de visibilidad que demostró que las mujeres podían participar en los espacios intelectuales y científicos reservados tradicionalmente a los hombres. Este gesto, aunque pequeño, fue un paso importante en la lucha por la igualdad de género.

El rector de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, inaugurando en marzo de 2024 la sala María Isidra de Guzmán situada en el Colegio Mayor de San Ildefonso, sede del rectorado, que antiguamente se conocía como sala 3M.

Inspiración para las generaciones futuras

La figura de la Doctora de Alcalá sigue siendo un ejemplo de valentía, determinación y compromiso con la igualdad. Su legado es especialmente relevante en una ciudad como Alcalá de Henares, cuna de grandes pensadores y referente cultural en España.

Hoy, la calle que lleva su nombre es un recordatorio de que la lucha por la igualdad no es un fenómeno reciente, sino el resultado de siglos de esfuerzo y sacrificio por parte de mujeres como María Isidra. Su historia nos recuerda que el acceso a la educación y la participación en la vida pública son derechos fundamentales que deben defenderse y ampliarse para todas las personas, sin distinción de género.

En un mundo que aún lucha por alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres, su legado sigue siendo una fuente de inspiración y un recordatorio de que el conocimiento y la educación son herramientas poderosas para transformar la sociedad.

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