La escultura de Cervantes que preside la plaza de la ciudad complutense que lleva su nombre, obra del italiano Carlo Nicoli y que data del año 1879, es uno de los emblemas más importantes de Alcalá de Henares y, por este motivo, es necesario realizar labores de conservación y mantenimiento que garanticen su preservación para el futuro.
Desde la Concejalía de Patrimonio Histórico se han realizado estos días los citados trabajos, ya que la obra había sufrido a lo largo de los últimos años la agresión tanto de agentes naturales y ambientales como de la contaminación provocada por los vehículos que hasta hace poco más de una año transitaban por la Plaza de Cervantes y muy especialmente el ataque de los excrementos de aves.
Los trabajos realizados consisten en la limpieza mecánica y química mediante alcohol y cepillado de toda la pieza, la eliminación con bisturí de detritus y excrementos de aves y, por último, la protección final que permite conservar el patinado con una resina específica para metales con protección ultravioleta.
La concejala de Patrimonio Histórico, Diana Díaz del Pozo, ha destacado la importancia de la realización de estos trabajos, que se ejecutan cada 5 años, “ya que garantizan que esta escultura, icónica para nuestra ciudad, se encuentre en todo momento en perfecto estado y evitan tener que acometer fuertes inversiones de restauración en el futuro”.
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