Como explica el investigador predoctoral de la Universidad de Alcalá, Alberto Romero, algunos insectos toman las lágrimas de otros animales como complemento a su dieta porque les aporta unos nutrientes muy específicos.
¿Por qué algunos insectos beben las lágrimas de otros animales?
La ingesta de lágrimas, un comportamiento muy peculiar conocido como lacrifagia, tiene como objetivo la obtención de nutrientes concretos. Los especialistas la consideran una alimentación suplementaria, es decir, su objetivo no sería la adquisición de energía o de los nutrientes fundamentales que componen la dieta de estos animales, sino que estaría encaminada a la obtención de nutrientes muy específicos.
¿Qué les aportan? ¿son lágrimas especiales por alguna causa?
Los recursos que obtendrían los insectos lacrífagos fundamentalmente serían sodio (Na), nitrógeno (N) y agua, componentes básicos de las lágrimas todos ellos. Sabemos que las lágrimas están saladas, y esto se debe a que tienen elevadas concentraciones de sal o cloruro sódico (NaCl). De aquí obtienen el Na.
Sin embargo, también poseen elevadas cantidades de proteínas que los insectos con las enzimas adecuadas pueden digerir. Estos nutrientes no siempre están disponibles en el entorno de estos animales, por lo que las lágrimas se presentan como una fuente de recursos alternativa y deseable ante la escasez.
Estos recursos cumplen un papel fundamental en el correcto funcionamiento fisiológico y metabólico de los animales. Por ejemplo, el Na es imprescindible para la ósmosis celular o la actividad neuromuscular, entre otros procesos vitales. Sin embargo, diversos autores han destacado la importancia de estos nutrientes para la reproducción, pues contribuirían a incrementar la descendencia y su supervivencia.
¿Qué tipos de animales son y de cuáles ‘se alimentan’?
Lo más habitual es que sean insectos terrestres con probóscide, esto es, un órgano bucal alargado con forma de tubo o trompa. Esta estructura les permitiría acercarse a los ojos de los huéspedes lo suficiente como para obtener las lágrimas sin molestarles demasiado. Así, donde más ejemplos se conocen es en lepidópteros, como las mariposas y polillas, y en dípteros como las moscas.
Sin embargo, hay casos muy peculiares, como el de una cucaracha, que aunque no tiene probóscide, fue observada en Ecuador presuntamente ingiriendo lágrimas de una lagartija de la especie Anolis fuscoauratus.
Los huéspedes suelen ser vertebrados de gran tamaño: mamíferos incluyendo al ser humano, reptiles como tortugas y caimanes y algunas aves.
¿Qué daños pueden causarles?
La lacrifagia se suele considerar como un tipo de comensalismo, es decir, una asociación ecológica en la que una de las partes, en este caso el insecto lacrífago, se beneficia y la otra no obtiene beneficios ni perjuicios.
Sin embargo, sí es cierto que, en ocasiones, los insectos pueden perjudicar a los huéspedes. Los daños pueden ir desde una irritación ocular transitoria y leve hasta la transmisión de enfermedades.
Por ejemplo, las moscas de la familia Chloropidae pueden ser vectoras de la bacteria Haemophilus influenzae biogrupo aegyptus, que en el ser humano puede causar conjuntivitis o fiebre purpúrica brasileña en los casos más graves, conllevando incluso la muerte. Otros insectos pueden servir como medio de transporte al gusano nematodo causante de la telaziosis (Thelazia callipaeda), una desagradable enfermedad ocular que afecta a animales domésticos y al ser humano.
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