El 9 de octubre de 1956 se abrió al público el Museo-Biblioteca Casa Natal de Cervantes, situada en el número 2 de la Calle de la Imagen, que, después de los trabajos de remodelación, contó con entrada desde la Calle Mayor, con su jardín y ciprés.
Fue el gran cervantista Luis Astrana Marín quien había descubierto la ubicación exacta de la casa donde vivió sus primeros años Miguel de Cervantes, con sus padres y hermanos, Andrea y Rodrigo. Para Astrana Marín el modelo no debía ser la Casa de Cervantes en Valladolid, inaugurada en 1916, sino la Casa de Shakespeare en Stratford-upon-Avon, para así convertirla en un gran Museo dedicado a Miguel de Cervantes, con una “gran biblioteca, museo de reliquias y documentos cervantinos, salas de lectura y bellos jardines con fores y arbustos de los citados por Cervantes en sus obras”.
Desde su origen, el Museo Casa Natal de Cervantes albergó una Biblioteca Cervantina, con cientos de ediciones y grabados sobre Cervantes, su vida y sus obras, que no ha dejado de enriquecerse desde 1956, tanto por compras como por donaciones.
La exposición “Los libros de Miguel de Cervantes” da cuenta tanto de la riqueza bibliográfca y artística que conserva el Museo Casa Natal de Cervantes, como de la universalidad de la obra cervantina, el modo cómo ha ido conquistando a millones de lectores a lo largo de los siglos.
En la primera sala, La Biblioteca Cervantina, cuenta con tres piezas excepcionales, que muestran tres modos diferentes en la difusión de la obra cervantina: uno de los escasos ejemplares conservados de una de las primeras ediciones piratas del Quijote, la impresa en Lisboa en 1605; por otro lado, un impresionante cuadro de Hispale-to del siglo XIX, ejemplo del momento en que Cervantes se consolida como un mito literario, y, por último, dos bargueños ricamente elaborados, donde pueden verse reproducidos en madera y marfl decenas de aventuras protagonizadas por don Quijote y Sancho Panza. Se complementa la sala con una mirada a la iconografía cervantina, a las magnífcas ediciones donde los mejores artistas de todos los tiempos han puesto su arte a favor de una particular lectura del Quijote, y con una representación de antiguas ediciones de las otras obras que escribió Miguel de Cervantes.
La segunda sala, Los mundos de don Quijote se plantea como un viaje hacia la universalidad del Quijote. El Quijote es la obra más universal de Miguel de Cervantes. Es la obra más conocida y la que ha mostrado una forma nueva de entender la novela, la que hoy llamamos novela moderna. No hay otro escritor igual. No hay otra obra que pueda compararse.
El Quijote se ha hecho universal gracias a las traducciones, que comenzaron en Inglaterra en 1612 y que se mantiene hasta nuestros días. Traducciones, adaptaciones, continuaciones, recreaciones que permiten comprender que no haya feria de artesanía, objeto cotidiano en todo el mundo en que no esté presente Don Quijote o Sancho Panza. En los cinco continentes. En cualquier época.
Pero el Quijote, las aventuras del caballero andante Don Quijote de la Mancha y de su escudero Sancho Panza, son también parte de la vida cotidiana. Desde junio de 1605 –a los pocos meses de su publicación- ya aparecen don Quijotes y Sanchos en las plazas públicas en festas de todo tipo. Y también harán su aparición en cromos, objetos coleccionables, en estampas y grabados, en secuencias de cine o en la fotografía. Un universo cervantino poblado por personajes y aventuras más allá de los libros, más allá del libro que le dio vida a principios del siglo XVII.
Concluye la exposición con un particular viaje por las geografías de Miguel de Cervantes y de sus obras, por los espacios en los que vivió, que citó en sus obras o en los que su memoria sigue viva. Un particular viaje que nos ha llevado de los libros de Miguel de Cervantes al mundo que se ha creado a partir de ellos, al universo cervantino en que vivimos.
JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS
Comisario de la exposición
Alcalá de henares, septiembre de 2017