Las mujeres han tenido un papel muy relevante en la historia de Alcalá de Henares. Descubre a las más representativas y cuál fue su huella en la ciudad complutense.
Leonor de Cortinas
Empezamos el recorrido en las ruinas de Santa María, (actual Capilla del Oidor) donde el padre de Miguel de Cervantes, Rodrigo de Cervantes, y su madre Leonor de Cortinas decidieron bautizar a su hijo Miguel que tan importante será para la historia de Alcalá y de la literatura universal.
Leonor de Cortinas fue una dama española, madre del escritor Miguel de Cervantes, nacida en 1520 (probablemente, en la localidad madrileña de Arganda del Rey, donde su familia -procedente de algún lugar de Castilla la Vieja- poseía una considerable extensión de tierras paniegas) y fallecida en Madrid el 19 de octubre de 1593.
Conscientes de esa moderada riqueza, los Cortinas dieron a la pequeña Leonor una formación cultural que, aunque básica (sabía leer y escribir), era sorprendente en una mujer de su tiempo, con la esperanza de que algún día pudiera mejorar de estado por vía de un matrimonio ventajoso. Sin embargo, sus padres sufrieron una decepción cuando la joven contrajo nupcias, hacia los primeros años de la década de los cuarenta, con el humilde cirujano Rodrigo de Cervantes, hijo de un destacado licenciado en Leyes por la Universidad de Salamanca -el cordobés Juan de Cervantes-, pero perteneciente a un sector social bastante menos privilegiado del que los Cortinas habían deseado para su hija (por aquel entonces, un «médico zurujano» como Rodrigo de Cervantes ocupaba la escala inferior entre los profesionales dedicados a la sanidad.
La vida de Cervantes estará vinculada a la vida de la mujer en su familia, él siente adoración por sus tías, hermanas y sobrinas. Todas ellas fueron mujeres independientes, mujeres con libertad, mujeres que sabían leer y escribir.
María Isidra de Gúzmán, doctora de Alcalá
Más tarde nos iremos a la fachada de la Universidad Cisneriana, donde una ilustre del siglo XVIII, María Isidra de Gúzmán, vuelve a llamar nuestra atención.
Y es que Alcalá acogió el primer caso de una mujer universitaria: la doctora de Alcalá María Isidra de Guzmán y de la Cerda, a la que la protección de Carlos III allanó toda posible oposición a que alcanzase (en 1785, con 17 años) los títulos de doctora y maestra en la Facultad de Artes y Letras humanas, catedrática de Filosofía, conciliadora y examinadora; además de ser admitida en la Academia de la Lengua. No obstante, esta excepción no significó ninguna variación en la rígida exclusión de la mujer en el ámbito universitario hasta el siglo XX.
María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda (Madrid, 31 de octubre de 1768 – Córdoba, 3 de febrero de 1803), conocida como la doctora de Alcalá fue la primera mujer que ostentó en España el título de doctor y la dignidad de académico de la lengua. Su nombre es habitualmente citado como María de Guzmán (con el que se la recuerda con una calle en Madrid) o como Isidra de Guzmán (con el que se la recuerda con un instituto de secundaria en Alcalá de Henares). Con el apelativo de doctora de Alcalá se la recuerda en un colegio de primaria de nuestra ciudad.
Catalina de Mendoza
La importancia de la ciudad para la mujer también dependió de las fundaciones de las familias notables como los Mendoza, que fundarán el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en el año 1576. Este edifico actualmente es la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá.
Catalina Gómez de Sandoval y Mendoza (1616-1686) fue la octava duquesa del Infantado; heredó el título al morir su hermano. Ostentó importantes cargos palatinos en la Corte de Carlos II. Era Duquesa consorte de Pastrana por estar casada en 1630 con Rodrigo Díaz de Vivar de Silva y Mendoza, cuarto Duque de Pastrana.
Isabel de Guzmán
La Edad Media es una época en la que las familias acaudaladas, con profundas creencias religiosas, creaban instituciones dedicadas al socorro de los más desfavorecidos. Este es el caso del Hospital de Antezana, fundado en 1483 bajo la advocación de Nuestra Señora de la Misericordia, por don Luis de Antezana, regidor de la villa de Guadalajara y su esposa doña Isabel de Guzmán, perteneciente a la casa de Medina Sidonia. Este dispensario, el más antiguo de Europa aún en funcionamiento, se sitúa en el corazón del antiguo barrio judío y frente a las casas que ocupaba la Sinagoga Mayor.
Desde entonces y hasta el día de hoy no ha dejado de atender a un máximo de doce enfermos, en su mayoría, ancianos sin recursos económicos. El escaso número de camas determinó que se llegara a conocer coloquialmente como «el Hospitalillo», aunque su nombre verdadero es el «Hospital de Antezana» u » Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia».
Santa Teresa de Jesús
En la calle Imagen encontramos el Convento de Carmelitas de la Purísima Concepción fundado por Santa Teresa de Jesús que vino a nuestra ciudad a inaugurarlo y donde una de las hermanas de Cervantes permanecerá como monja de clausura y madre abadesa.
José Carlos Canalda, experto en Alcalá, escribió: si leen ustedes una de las lápidas existentes en la fachada del convento de la Imagen, en la calle del mismo nombre, podrán constatar que en él estuvo Santa Teresa de Jesús en dos ocasiones… lo cual es cierto para el convento, pero es necesario matizarlo para el edificio. ¿La razón? Alentada por la beata María de Jesús y patrocinada por doña Leonor de Mascareñas, la fundación del convento de carmelitas de la Purísima Concepción, vulgo de la Imagen, tuvo lugar en el año 1563. La ubicación original del convento no era la actual, ya que éste se asentó en un principio en la plaza de la Victoria, trasladándose la comunidad a su sede actual en 1575. Nada queda hoy de lo que fuera el convento primitivo, ya que en su solar se alza actualmente la facultad de Ciencias Económicas, que ocupa el antiguo convento de Mínimos de Santa Ana, construido este último con posterioridad al traslado de las monjas de la Imagen.
Puesto que la santa abulense visitó el convento, al que dotó de constituciones, en los años 1567 y 1569, resulta obvio que en ambas ocasiones hubo de hacerlo en el desaparecido edificio de la plaza de la Victoria, y no en el posterior de la calle de la Imagen. Sin embargo existió una tercera visita, y dado que ésta tuvo lugar en 1576, cabe suponer que tuviera ya como escenario el convento actual.
Catalina de Aragón
El Palacio Arzobispal – residencia de los Arzobispos de Toledo y de reyes- fue el lugar de nacimiento de Catalina de Aragón, la ultima hija de los Reyes Católicos. Y aquí estuvieron en varias ocasiones.
Catalina fue reina consorte de Inglaterra como la única esposa de Enrique VIII, según los católicos, y como la primera en una lista de un total de seis esposas para los fieles a la causa real. Enrique anuló el matrimonio, de 24 años de duración, por su deseo de casarse con una dama de compañía de Catalina, Ana Bolena, y por la supuesta incapacidad de la Reina para engendrar un hijo varón. Fue la madre de la reina María I de Inglaterra.
Juana la loca
Juana I de Castilla, conocida como Juana la Loca, fue reina de Castilla de 1504 a 1555, y de Aragón y Navarra, desde 1516 hasta 1555. En 1496 contrajo matrimonio con Felipe el Hermoso, archiduque de Austria, duque de Borgoña y Brabante y conde de Flandes. Tuvo con él seis hijos.
Cerca del Palacio Arzobispal se encuentra la Catedral Magistral y resulta que aquí Juana la loca bautizó a su segundo hijo, el emperador Fernando.
Juana fue apodada «la Loca» por su supuesta enfermedad mental ocasionada por los celos hacia su marido y el dolor que sintió tras su muerte, que fue el argumento utilizado por su padre y por su hijo para mantenerla encerrada en Tordesillas de por vida.
La princesa de Éboli
Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, duquesa de Pastrana y condesa de Mélito, (Cifuentes, Guadalajara, 29 de junio de 1540 – Pastrana, 2 de febrero de 1592) fue una aristócrata española. Pertenecía a una de las familias castellanas más poderosas de la época: los Mendoza.
Fue una de las mujeres de más talento de su época, y aunque perdió un ojo a causa de un entrenamiento de esgrima, se la estimaba como una de las damas más hermosas de la corte española. Entre las teorías que se barajan sobre la pérdida de su ojo derecho, la más respaldada es la que asegura que la princesa fue dañada por la punta de un florete manejado por un paje durante su infancia.
Pero este dato no es claro, quizá no fuese tuerta sino estrábica, aunque hay pocos datos que mencionen dicho defecto físico. En cualquier caso, su defecto no restaba belleza a su rostro; su carácter altivo y su amor por el lujo se convirtieron en su mejor etiqueta de presentación, y ejerció una gran influencia en la corte.
Cercano a la huerta de los Leones se ubicaba un palacete donde la princesa de Eboli residía con sus padres y donde más tarde se casó por capitulaciones con don Ruy Gómez de Silva.
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