Cuando entras al Restaurante Nino de Alcalá de Henares lo que te encuentras es un bar, o un restaurante, familiar y para la gente de Alcalá, pero que encanta a los de fuera. Un sitio que ha visto pasar toda la vida de la ciudad complutense desde la calle Mayor. Un lugar lleno de alcalaínos que además está abierto al turismo de dentro y de fuera. Puedes sentarte o estar en la barra flanqueado por unos jubilados y unos estudiantes extranjeros, al mismo tiempo y a cualquier hora del día.
Rápido te das cuenta que el Nino tiene una clientela fiel. Cuando Alberto, el propietario y gerente, entra por la puerta saluda a todo el mundo. “Buenos días”, dice a las 14:00 horas, y es que la mañana nunca estuvo hecha para los hosteleros. Todos le devuelven el saludo y los estudiantes, que se estrenan en el Nino, le miran incrédulos pensando que será algún famoso de esos que aparecen en la multitud de fotos que están colgadas de la pared.
“Qué difícil es cuidar a la clientela”, asegura Alberto, que sigue dándoles cariño y “siendo nosotros mismos, para que ellos vean que esto sigue siendo la familia. Además aquí, cada momento del día y cada zona del restaurante tiene su cliente tipo”.
Los champiñones del Nino
Alcalaínos y forasteros son distintos entre sí pero tienen un gusto en común, los champiñones del Nino. Como reconoce Alberto “tener una referencia de este tipo es la clave. Gracias eso y manteniendo la esencia de mi padre, con los toques de mi madre y mejorándolo yo mismo hasta donde he llegado, estamos donde estamos. Todo eso junto es quizá lo que hace al Nino diferente a los demás”.
Y no le falta razón. Quien conozca el Nino desde siempre, no lo verá muy cambiado y los nuevos clientes se van a encontrar un local cuidado y con solera. Además que sus champiñones valen cada céntimo de los ocho euros que se paga por la ración.
Pero el Nino es mucho más que champiñones. Alberto destaca todos sus productos por calidad pero “especialmente la carne que servimos. Es ternera gallega de buey con denominación de origen. Nuestro bacalao se está convirtiendo en nuestro plato estrella, está claro que no le va a quitar el sitio al champiñón, pero desde luego que la gente ahora lo pide mucho. Referencias tenemos muchas y todas de muy buena calidad, pero está claro que lo que diferencia a esas cinco o seis que son más especiales es el éxito que tienen entre la gente”.
La comida siempre va de la mano de precio y servicio. El Nino tiene ofertas para todos los bolsillos, desde menús del día (12-15 euros) hasta los platos más especiales. Pero Alberto reconoce que eso siempre depende “de la calidad del producto que quieran consumir. Esa relación calidad/precio siempre tiene que estar presente y es lo que intentamos aquí. Igual que nuestro servicio, podremos ser mejores o peores, pero desde luego queremos que ser los más cercanos, que la se sienta cómoda, como en su casa. Eso, siempre que la clientela de ese día no nos sobrepase y tengamos que ir más rápido”, termina entre risas.
Tapas y nuevos tiempos en el Nino
Alberto lleva 15 años al frente del local y fue con el boom de las tapas en Alcalá cuando empezó sus labores como gerente. “No te voy a engañar, lo llevé mal porque era el momento en que tenía que demostrar a mi familia que siendo tan joven podía llevar el Nino adelante. Fueron tiempos duros porque las tapas no son mi negocio y cuando veías que no te salían los números en barra, se me hacía complicado. Pero ahí mi padre me dijo ‘tu sigue tu modelo que al final lo conseguirás’ y no me puedo quejar, porque así ha sido”.
Aún así ha querido dejar su firma en el negocio familiar con el nuevo local A.N. que se encuentra justo frente al Nino en la calle Mayor. Explica esta nueva aventura porque “es un capricho mío porque me gusta la comida y me gusta salir. Cada vez que quería tomarme algo más especial tenía que coger el coche e irme a Madrid. Entonces pensé en montar un sitio como el A.N. en Alcalá. Por eso allí tenemos el mejor jamón del mundo que es ‘Joselito’, gambas, rabo de toro, pulpo… se parece al Nino en que tiene cinco o seis referencias de mucho éxito pero es un sitio muy diferente. Igual de acogedor, pero más pequeño y moderno”.
Pero por mucho que el Nino quiera cambiar con nuevas referencias en sus cartas o un local diferente y más moderno, su sexagenaria relación con Alcalá es indivisible. Forma parte de Fomentur, la decana asociación hostelera para el fomento del turismo, que la primera semana de febrero vuelve a celebrar la Semana Gastronómica de la ciudad complutense.
Allí Alberto ofrecerá a sus clientes “champiñones seguro, además de gamba blanca y asadura de cabrito con boletus. De segundo cuarto de cabrito con patatas panadera y ensalada como plato fuerte para combatir el frió de febrero y por supuesto el postre de la casa con tejas de Alcalá y rosquillitas. Quiero que sea un menú para volver darnos a conocer entre los alcalaínos y quienes vengan de fuera”.
Como la calle Mayor, el Nino sigue en pie con más fuerza que nunca. Es un sitio donde sentirse a gusto y en el que nadie es extraño. Tras su fundación en 1953, miles de alcalaínos y turistas han probado su cocina rápida o de mesa. Champiñones, oreja o sepia en la barra y carne o bacalao en el salón. La elección puede resultar difícil pero siempre será acertada.
El Restaurante Nino de Alcalá de Henares en fotos
Donde está
El restaurante Nino de Alcalá de Henares se encuentra en el número 70 de la Calle Mayor. Puedes reservar tu mesa en el teléfono: 918 883 000.
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