La plaza de las Bernardas, junto con el Convento de las Bernardas y el Palacio Arzobispal, conforman uno de los espacios más especiales de Alcalá de Henares.
La plaza de las Bernardas es uno de los lugares más tranquilos y característicos de Alcalá. Con sus bancos de piedra y sus árboles majestuosos, está situada en una de los conjuntos urbanos más bellos de Alcalá. Aquí encontramos el convento y la iglesia de las monjas de clausura que dan nombre a la plaza, obra cumbre del barroco español, entre el Palacio Arzobispal y el Museo Arqueológico Regional, y a un paso de la plaza de los Santos Niños, la Catedral Magistral y la calle Mayor.
El convento cisterciense de monjas de clausura de San Bernardo, popularmente conocido como Convento de las Bernardas se creó con veinticuatro monjas, y cuando se cerró, en el año 2000, quedaban seis, que fueron trasladadas a otro mayor. En varias de las dependencias que usaban se abrió el Museo de Arte Religioso, lleno de joyas artísticas que te sorprenderán por no ser conocidas hasta hace pocos años, y sin embargo tener una gran presencia visual, como un gran arca del emperador Carlos V o el imponente sillón del arzobispo fundador del convento.
El protector de Cervantes
El monasterio lo fundó en 1617 el cardenal Bernardo Sandoval y Rojas, también arzobispo de Toledo e Inquisidor General -los más altos cargos católicos de su época-, además de un gran protector de escritores, como supieron bien el mismísimo Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo o fray Luis de León.
El edificio se terminó en 1636, y fue la última gran obra del prelado, pues murió al año siguiente de su comienzo. Fue diseñado por el gran arquitecto madrileño Juan Gómez de Mora, inspirado en los cánones de los grandes arquitectos italianos del momento, y la obra la ejecutó el maestro alcalaíno Sebastián de la Plaza. El conjunto de monasterio e iglesia se levantó en el antiguo barrio morisco de la Almanjara, desapareciendo calles y ocultando una de las puertas de la ciudad, la puerta de Burgos, que quedó dentro del huerto conventual y tuvo que ser sustituida por el arco de San Bernardo, que sigue en pie y da a la antigua carretera de Madrid a Barcelona y al parque O’Donnell.
La Iglesia de las Bernardas tiene una fachada sobria, que causa una impresión de cierta frialdad por su austeridad. Pero contrasta vivamente con la vista que tendrás al entrar en su interior, muy diáfano, amplio y lleno de luz. Por su parte, en lo que es el convento de clausura, hay dos claustros, el archivo conventual y la sala capitular.
Curiosidad
La cúpula de la Iglesia de las Bernardas tiene forma oval, y es la mayor en su género que se ha construido en España. Una cúpula en la que merece la pena que recrees la vista por su belleza.
La mayor cúpula oval de España
Al traspasar la puerta de la Iglesia de las Bernardas, la sorpresa es doble: no sólo te verás inmerso en una enorme y alta nave llena de luz procedente de los siete ventanales redondos de la cúpula, reflejada por las grandes paredes blancas en las que destacan varios balcones o tribunas desde los que las monjas, los prelados y los nobles de la corte asistían a los oficios religiosos. También observarás que la planta que tiene es elíptica, una forma poco habitual en los templos de la época, al igual que la soberbia cúpula que la cubre, también oval, y que es la mayor en su género que se ha construido en España. Una cúpula en la que merece la pena que recrees la vista por su belleza.
En la guerra civil el convento fue pasto de las llamas por el gran incendio que afectó al vecino Palacio Arzobispal. Dicho incendio causó la destrucción de esta cúpula, pero en 1970 fue restaurada completamente según su diseño original.
Rodeando el gran espacio central, observarás seis pequeñas capillas, de las que cuatro también son ovaladas, y dos, cuadradas. Al fondo destaca el baldaquino, o templete de cuatro caras en madera policromada sobre el altar, que a la vez es un retablo ( también fue una aportación novedosa en su tiempo), con pinturas del gran artista Angelo Nardi.
Curiosidad
El Museo de Arte Religioso se abrió en enero de 1997, gracias al descubrimiento de la escalera por la que subían el arzobispo y su séquito desde el templo a un pasadizo, actualmente tapiado, por el que accedían a las tribunas con balcones antes citadas que rodean la nave de la iglesia, encima de las capillas.
El museo de Arte Religioso del Convento de las Bernardas
El Museo de Arte Religioso se abrió en enero de 1997, gracias al descubrimiento de la escalera por la que subían el arzobispo y su séquito desde el templo a un pasadizo, actualmente tapiado, por el que accedían a las tribunas con balcones antes citadas que rodean la nave de la iglesia, encima de las capillas. Es en ellas y en el pasadizo donde se ubica el museo, en siete salas y una celda de clausura -que permanece igual que cuando estaba ocupada por una monja-.
Son la sala del fundador, la de la escalera, la de las casullas, la del arca de las llaves, el corredor de las cartas de profesión, la sala del catafalco y el cuadro del fundador), y la cocina. En los tres primeros años desde que se abriera el Museo de Arte Religioso todavía vivían religiosas, y estas se preocuparon de que en la cocina siempre hubiese hortalizas frescas, como cebollas, ajos y laurel.
Las monjas siempre tuvieron un gran interés en conservar el rico patrimonio del convento y la iglesia. Tras la guerra civil esto les llevó incluso a recuperar algún cuadro, comprándolo a base de reducir (con gran sacrificio) su presupuesto para las comidas durante largo tiempo.
La inauguración del Museo de Arte Religioso constituyó un auténtico acontecimiento para los alcalaínos y para el resto del mundo, pues durante siglos había permanecido secretas un gran número de piezas de gran valor artístico e histórico que a partir de ese momento se podían exponer al público.
El arca de Carlos V
Además de valiosas pinturas del siglo XVII, del maestro Angelo Nardi, en el Museo de Arte Religioso podrás ver el magnífico arca de ébano negro recubierto completamente de láminas plata labrada que representan escenas victoriosas del emperador Carlos V, a quien está dedicada el arca por su hijo Felipe II, quien la mandó fabricar. Se da la circunstancia de que en ella se guardaron los restos y cenizas del Cardenal Cisneros cuando se sacaron de su cripta en la Catedral Magistral, tras el saqueo que sufrió esta en la Guerra Civil.
Otra pieza de gran atractivo es el sillón del cardenal Sandoval, el fundador del convento, traído de Italia, al ser una pieza única en su género, en la que se mezcla la ebanistería (pintada de oro) con la joyería, al llevar incrustados cristales de roca decorados como si fueran piedras preciosas. Además de diversos documentos que narran la historia del monasterio en sus cuatro siglos de vida, y muchos objetos religiosos de las diferentes épocas y cuadros de gran tamaño, podrás apreciar un ejemplar facsímil de la Biblia Políglota Complutense, otro de los grandes proyectos impulsados por el Cardenal Cisneros, así como una hermosa talla de la Inmaculada, de Antonio de Herrera Barnuevo.
Y especialmente interesante es la escena del funeral del cardenal Sandoval y Rojas, recreada en una de las salas, donde se refleja fielmente como eran estas ceremonias en el siglo XVII, con un catafalco o féretro dispuesto para el velatorio, cubierto con un magnífico manto de terciopelo negro tejido con hilos de seda, oro y plata. También puedes apreciar una bella imagen de un Cristo en la Cruz, de autor desconocido, del mismo siglo.
Por último, un elemento que se ha recuperado tras la apertura del Museo de Arte Religioso es la puerta que unía el convento con el Palacio Arzobispal, ahora también a la luz.
Más información:
Información de interés:
- Dirección: Plaza de las Bernardas
- Lunes a Sábado: 11:30, 12:30, 13:30, 17:00, 18:00 y 19:00.
- Servicios de visitas: +34 91 888 09 30. Visitas guiadas: +34 667 696 323.
- Precio:2,5 €
Accesos desde Madrid
- Renfe Cercanías C-1, C-2 y C7A.
- Bus nº 223 (salidas desde el Intercambiador de Avenida de América).
Galería de imágenes:
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