Una experta en Interculturalidad y Recursos Tecnológicos de la Universidad de Alcalá advierte que la familia y la escuela deben alentar en los menores un espíritu crítico que les proteja de la desinformación y de las amenazas y peligros que entraña Internet y el uso de las redes sociales.
Los teléfonos móviles, tablets y ordenadores han sido uno un año más los regalos ‘estrella’ de las Navidades para niños y adolescentes pero ¿cómo se debe gestionar el uso de los nuevos dispositivos?
Más allá de las recomendaciones de los expertos, que no se ponen de acuerdo sobre la edad mínima recomendable para el uso de este tipo de dispositivos, la interactividad que ofrecen es un elemento atractivo para todos, independientemente de la edad, por lo que el consejo que nos lanza Guillermina Gavaldón, profesora de Interculturalidad y Recursos Tecnológicos de la UAH, es que «el uso que hagan los niños de este tipo de elementos sea educativo, porque su utilización en sí misma no favorece el aprendizaje ni el desarrollo cognitivo».
La experta no pone límites a la edad en el uso de dispositivos electrónicos con acceso a Internet, «el uso de estos aparatos es positivo siempre y cuando se haya enseñado a los usuarios a ser consumidores críticos y a hacer un uso responsable de los mismos. Pero esto implica la necesidad de que la escuela y la familia trabajen de manera conjunta y desde edades tempranas se promueva una educación crítica hacia los medios sociales y de comunicación».
Con respecto al uso de redes sociales, el discurso es similar porque, más allá de la edad legal permitida para darse de alta en una red social, establecida en los 14 años, «lo importante es que los padres se interesen por conocer qué tipo de redes sociales utilizan sus hijos, no les dejen solos frente al ordenador y participen haciendo actividades conjuntas que guíen a los menores a analizar de manera crítica los contenidos».
Ese debería ser el objetivo último, al margen de la edad: que los niños adquieran un espíritu crítico que les ayude a comprender los peligros, las amenazas y las consecuencias de sus acciones cuando intervienen en redes sociales y aprendan a discriminar si una información es verídica o no. «Y eso no es posible si los padres no les acompañan en el proceso y no hacen el esfuerzo por conocer estas herramientas».
Por otra parte, no se puede dejar la piedra solo en el tejado de las familias, por lo que insta a las redes sociales para adultos a crear mecanismos más estrictos para verificar la identidad de la persona que se está dando de alta, y asegurarse, con ello, de que no se trata de un menor de 14 años.
Muy positivo cuando se usa bien
La profesora Gavaldón considera que un buen uso por parte del niño, siempre acompañado y guiado por un adulto, potencia el razonamiento abstracto, la memoria visual o la coordinación viso-motriz. «De la misma manera, cuando el maestro integra contenidos digitales apropiados en el currículum, supervisando las actividades y trabajando de manera activa con los pequeños, se puede favorecer el desarrollo del lenguaje, la comprensión oral y el vocabulario o el reconocimiento de números y formas geométricas, en el caso de las matemáticas. Y algunos estudios realizados con pequeños de jardín de infancia mostraron que el uso de tabletas y ordenadores en el aula les ayudaba a socializar».
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