La beca Viv@lorural da sus primeros pasos en la Universidad de Alcalá con las vivencias de cinco estudiantes que muestran su ilusión y ganas por trabajar en un ambiente completamente diferente al que están acostumbrados. La iniciativa está inspirada en el Erasmus Rural de la Universidad de Zaragoza y ha dado sus frutos gracias alos protagonistas de esta aventura: Miguel Galán, del grado en Ingeniería en Sistemas de Información,Inés Menéndez, del grado en Economía y Negocios Internacionales,y Pablo Rodríguez, Claudia Mata e Iliyan Marín, del doble grado de Turismo y Administración y Dirección de Empresasde la UAH. El estudiantado adquiere competencias profesionales, personales y sociales en este período en un entorno que, a priori, nunca se habían planteado y hace aflorar su talento.
La extrañeza se asomó en Miguel Galán cuando vio el anuncio en la pantalla de su ordenador. «Me pareció un poco raro, nunca había visto nada parecido y, aunque en un primer momento me eché para atrás, le di vueltas al asunto y elegí Yunquera de Henares, que está cerca de mi familia en Guadalajara», detalla. Con casi cuatro mil habitantes, allí empezó la aventura. A Pablo Rodríguez también lo pillaba cerca. Reside en Brihuega, con unos dos mil habitantes, y la cercanía y el trato directo con los vecinos le atrajo: «Me di cuenta de que era una buena opción, ya que me permitía trabajar y aprender y, al mismo tiempo, tendría la oportunidad de conocer nuevos sitios que no conocía. Creo que es un gran lugar para comenzar mi camino dentro de este sector», sobre todo cuando analiza un escenario que, al haber superado la pandemia de la Covid-19, deja un campo por explorar en el sector turístico, considera, por lo que su meta está en que estos pueblos sean «reconocidos como se merecen y lo puedan disfrutar el máximo de personas».
Mientras, Claudia Mata había oído hablar de la trayectoria de ADEL Sierra Norte, la entidad donde ahora está, lo cual la convenció para acceder a esta formación práctica, en la que disfruta de la tranquilidad y el campo, «donde ir a despejarte después de trabajar y que cuenta con varios servicios con los que cubrir tus necesidades básicas del día a día». Las actividades desempeñadas son variadas y complementarias a las necesidades de los pueblos en los que residen durante el tiempo de prácticas. De esta forma, ven rápidamente para qué sirven sus acciones en el terreno para el que están enfocadas. Otras razones vienen dadas por la vivencia personal, como le ocurre a Iliyan Marín, sus padres son extranjeros y ha vivido siempre en Alcalá de Henares, así que, de repente, se le abrió esta posibilidad, «es una nueva experiencia para seguir aprendiendo y conocer la vida en el mundo rural».
Al mismo tiempo, la curiosidad despertada sobre el fenómeno de la despoblación implicó a Inés Menéndez en este camino debido a que deseaba conocer en profundidad las razones que han llevado a estos territorios a la extenuación. «Sin duda, nuestra provincia es un claro exponente de este hecho y quiero saber qué proyectos de innovación pueden transformar el medio rural». Todo estaba por descubrir.
Trabajos para mejorar el entorno rural, uno a uno
Uno por uno, los alumnos detallan las funciones que realizan en sus empresas. Claudia Mata se encuentra en la Asociación para el desarrollo local de la Sierra Norte (ADEL). En ella, está confeccionando un listado de empresas que se encuentren en los 85 municipios y las pedanías del territorio de unos cuatro mil habitantes, además de en la integración del Plan de Dinamización Turística de la Sierra Norte de Guadalajara, en donde ha elaborado una encuesta de satisfacción del cliente sobre las personas de la zona: «Esto será de gran ayuda a la hora de focalizar las estrategias de promoción y de saber qué medidas del Plan de Dinamización Turística implantar primero y de qué manera, así podremos desarrollar la actividad de la comarca».
Pablo Rodríguez, por su parte, trabaja en la Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo – Tajuña (FADETA) haciendo un portal de turismo que recoja los principales lugares de interés, así como los mejores servicios que ofrecen los municipios del lugar. «También, hacemos hincapié en las festividades que se celebran a lo largo del año y la historia que tiene detrás cada uno y escribo acerca de todas las posibilidades que nos ofrece este territorio, como pueden ser los pantanos, los valles o parques naturales que podemos visitar y la gran gastronomía que tiene toda esta comarca». La razón fundamental para desempeñar este proyecto, al que se le une una base de datos del tejido empresarial, no es otra que «luchar contra la despoblación que sufren diariamente y que, cada vez, está aumentando más».
Mientras, Miguel Galán se empeña en la Asociación para el desarrollo de la Alcalrria y la Campiña (ADAC). Allí recopila los datos de aquellas entidades que puedan aceptar en un futuro alumnos en prácticas de la UAH, además de adentrarse en el mundo de la ciberseguridad haciendo auditorías de seguridad a bajo nivel concienciando a las empresas de los aspectos más básicos para que estén prevenidas de los ataques de ciberdelincuentes, ya que son un cebo «muy fácil». Lo que puede contar Iliyan Marín de su experiencia en la Asociación de Desarrollo Rural Molina – Alto Tajo (LEADER) es el mismo sentido que sus compañeros, elaborar una base de datos con las empresas de la comarca de Molina de Aragón. «Esto es algo muy diferente para mí, significa salir de mi zona de confort tanto a nivel personal como profesional; es más, el trato con mis compañeras en el trabajo ha sido extraordinario, el pueblo es muy bonito, así que realmente no tengo ninguna queja».
Por su parte, Inés Menéndez se dedica a la Asociación para el desarrollo de la Alcarria Sur (ADASUR), que se fundamenta en conocer la potencialidad del entorno. Junto a ello, aprende sobre la gestión de subvenciones para el desarrollo local: «He tenido la oportunidad de asistir a la entrega de contratos a los promotores de 16 proyectos subvencionados por ADASUR, en Pastrana. Esta experiencia me ha mostrado aun más de cerca la importante gestión de iniciativas que realizan en esta asociación y los resultados que con ella pueden obtener». Dice haber superado todas sus expectativas de una forma muy positiva al haber convivido estos tres meses, aunque espera una mejora del plan puesto que le fue dificultoso encontrar vivienda para ese periodo tan corto.
Las futuras generaciones como oportunidad de crecimiento
La experiencia terminará a finales de diciembre, pero todos coinciden en un sentimiento: ilusión. Estas ayudas de residencia y prácticas remuneradas se han logrado gracias a la colaboración de la UAH con la Diputación de Guadalajara y la Red Castellano – Manchega de Desarrollo Rural. Un factor que ayudó en su día a Inés Menéndez a decidirse: «Este hecho constituye un aval de la calidad de este proyecto».
Una estrategia que lucha contra la desaparición del rastro de tiempo en las casas, locales, parques y empedrados. ¿Qué harán ellos? ¿Se quedarían?
Los jóvenes universitarios se ven confiados en un paraje que, visto desde fuera, desalienta. Según los datos manejados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 3 de cada 4 municipios en España pierden población en la última década siendo, eminentemente, de carácter local. «Creo que puedo aportar nuevas ideas, trabajo y conocimiento después de terminar la carrera, si tal vez no a corto plazo, en un futuro quién sabe», reconoce Iliyan Marín.
En cambio, Claudia Mata lo tiene muy claro: «Sí me gustaría porque me encuentro muy cómoda». Entre las razones que esgrime, está la calidad de vida al deshacerse del estrés de los centros urbanos y considera que los incentivos económicos por parte de las administraciones locales serían clave para la atracción de futuros habitantes: «Es muy importante que los pueblos vuelvan a tener vida puesto que cuando un pueblo se queda deshabitado, no solo muere el pueblo, sino también su historia y sus tradiciones».
Un punto en el que coincide Miguel Galán al afirmar que ellos, como generadores de enriquecimiento social, cultural y económico, «podríamos ser los precursores de ese cambio, más ahora con el teletrabajo, viendo que las personas que han estudiado lo mismo que yo o de la rama de informática y telecomunicaciones podríamos encajar bien en un ambiente cada vez más digitalizado y, en las zonas rurales, si no hay nadie que impulse ese cambio, puede que se queden atrás con respecto de las zonas más urbanizadas».
El paso por estos barrios perdidos entre montañas, que apenas cuentan con algunas calles, pero muchísima inquietud, también ha dejado recuerdos en sus pasajeros habitantes: «Me he dado cuenta de que muchas personas, especialmente las personas mayores, se alegran mucho cuando te paras a hablar con ellos», señala Claudia Mata desde Sigüenza, «es muy gratificante ver que se alegran realmente de que estés allí y de que quieras vivir en el pueblo en un futuro, creo que es algo que valoran mucho. Estas cosas no suelen ocurrir en la ciudad, allí eres uno más y nadie te conoce ni le interesa conocerte. Sin embargo, en el pueblo no eres uno más, en el pueblo eres alguien y pasas a formar parte de una comunidad».
El deseo por desplegar las alas en el extranjero o residir en las capitales, donde se optan a más salidas laborales, son una constante en estas primeras etapas de la vida, aunque este sentimiento no está en Inés Menéndez: «Este Erasmus Rural ha cambiado radicalmente la visión que yo tenía del mundo rural y que me hacen ver de una forma positiva desarrollar parte de mi vida laboral en un núcleo rural, como ha sido en Mondéjar». Con casi tres mil personas, aún desconoce cuál sería su destino en la comarca, pero está convencida que sería aplicando sus conocimientos y esfuerzos por hacer de ese sitio un lugar mejor.
Después de esta experiencia piloto, desde el Servicio de Prácticas de la Universidad de Alcalá se gestionarán dos programas de prácticas rurales para alumnado de la UAH: el Programa Campus Rural y el Programa Viv@lorural. El primero a iniciativa del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la realización de prácticas universitarias en el medio rural dirigido a entidades que desarrollen su actividad en municipios de toda España de menos de 5.000 habitantes; y Viv@lorural, gestionado por la Universidad de Alcalá en colaboración con la Diputación Provincial de Guadalajara, seguirá en esta dinámica para las entidades que desarrollen su actividad en municipios de la provincia de Guadalajara de menos de 5.000 habitantes. Todas las entidades y empresas que estén interesadas en estos programas deben contactar con el Servicio Integral de Gestión de Prácticas de la UAH por medio del siguiente correo electrónico: correo.gipe@uah.es.
Estas son las palabras, vivencias y experiencias de estos cinco estudiantes que han llegado para cambiar, desde su pequeña pero gran labor, la vida de los pueblos.
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